Adelia Fernández Pérez era natural de Miranda del Duero, Portugal. En septiembre de 1937 tenía 48 años y era viuda. Su marido falleció aproximadamente en marzo de 1937, trabajaba como minero. Tenía 6 hijos, dos de los cuales se llamaban Margarita, de 19 años, e Isaías, de 16. Trabajaba como pescadera y residía en Begoña, concretamente en la calle Sagarminaga nº 75, tercero derecha.

El 24 de septiembre de 1937 madre e hija fueron interrogadas en el puesto de la Guardia Civil de Begoña, acusadas de “contribuir a favor de los rojos”. Adelia y su hija afirmaron que estaban afiliadas a la CNT. Fue preguntada sobre el asesinato de una mujer que fue tirada a la Ría por otro grupo de mujeres. Respecto a ello manifestó que se dirigía a la plaza del mercado a vender pescado y que fue testigo del asesinato, pero que la mujer ya estaba en el agua y que no pudo hacer nada por ella. También fue preguntada por qué se encontraba escondida en su casa cuando la Guardia Civil la registró, a lo que respondió que en ese momento se encontraba guardando cosas de su tienda.

La Guardia Civil informó que no creía las declaraciones de Adelia y que “tenían noticias de fuentes muy fidedignas que fue una de las que tomaron parte en el asesinato de la mujer en la plaza del mercado clavándole un machete y que le arrancó parte del cabello a la víctima, que enseñó al público en la parte de Begoña diciendo que había que hacer igual con todos los fascistas”. Estas fuentes no están reflejadas en el informe por lo que desconocemos dichas “fuentes”. La Guardia Civil manifestó que en el momento de su detención Adelia “se encontraba oculta en una tapia, que entonces la criminal mujer huyó hacia la calle, viéndose sorprendida por otro guardia.”

Tanto Adelia como Margarita fueron conducidas a la Cárcel de Larrinaga el mismo 24 de septiembre.

El 16 de octubre de 1937 la Comisaría de Investigación y Vigilancia informó que Adelia era conocida como la “Portuguesa”, que salía temprano de su casa a trabajar y no regresaba hasta la noche; en la “vecindad goza de buena conducta, no conociéndose filiación política; desde luego es muy habladora, pero nadie le puede precisar haberse manifestado en contra del Movimiento”. La única acusación vertida por los agentes fue que Adelia huyó a Santander cuando Bilbao fue conquistada por los franquistas.

El 6 de octubre fue nuevamente interrogada sobre el suceso acaecido en la plaza del mercado. Esta vez, cambió su versión y manifestó que en el momento del asesinato de la mujer se encontraba en su casa tal y como podían verificar varias vecinas. Además afirmó que siempre había sido derechista, perteneciendo a la “Sociedad Femenina Católica”.

Varios días más tarde la delegación de Falange Tradicionalista y de las JONS de Begoña denunció que Adelia y su hija Margarita eran comunistas. “Que Adelia fue una de las que se cree intervino personalmente en el asesinato de la señora en la plaza del mercado” y que “por este hecho fue detenida por el Gobierno de Euzkadi por espacio de cuarenta días”.

A principios de noviembre de 1937 otro testigo declaró en contra de Adelia, afirmando que no fue testigo del asesinato de la mujer, ignorando además el nombre y apellidos de ésta, pero “que por oídas tiene referencias de que tomó parte en el asesinato de dicha mujer y estuvo detenida por el gobierno rojo-separatista por tal causa, siendo puesta en libertad por presiones de la CNT”.

El fiscal fundamentó su acusación en este último testimonio, a pesar de que no fue testigo presencial del asesinato. La pena solicitada para Adelia Fernández fue la de pena de muerte, al ser acusada entre otras cosas de comunista, de haber tomado parte en el asesinato de una mujer de derechas, “hecho por el que incluso fue detenida por el llamado Gobierno de Euzkadi”. Su hija Margarita fue acusada de estar afiliada a la CNT, de ser miliciana voluntaria y de “arrojar una pistola y unas bombas a un pozo”, por lo que el fiscal solicitó la pena de reclusión perpetua.

El 29 de noviembre de 1937 el tribunal militar dictó sentencia, condenando a Adelia Fernández Pérez a pena de muerte y a Margarita Serrano Fernández a la pena de seis años y un día de cárcel.

Francisco Franco se dio por enterado de la pena impuesta a Adelia el 14 de enero de 1938. Fue fusilada en la madrugada del 12 de marzo en Bilbao.

Su hija Margarita recuperó la libertad el 29 de junio de 1940, al salir de la Prisión Central de Durango.


Aritz Ipiña bideaurrazaga