Quinto de los trece hijos de Ramón de la Sota y Llano y de Catalina Aburto.

Hizo sus primeros estudios en el Instituto Vizcaíno, y muy joven marchó a estudiar a Inglaterra, en donde residió 15 años.

Desde Londres inició su colaboración con la revista Hermes, aparecida en 1917 cuando Alejandro contaba tan sólo 26 años. En Inglaterra se aficionó a los deportes: fútbol (fue presidente del Athletic Club), boxeo, pero también al circo.

Tras instalarse en Bilbao, se casó con Fuensanta Poveda y Echagüe en 1923, con la que tuvo siete hijos: Fuensanta, José María, Alejandro, Eduardo, Gabriel, Ignacio y Begoña, con los que vivió en su casa de Gran Vía 43.

Encargado de la Editorial Vasca, que había comprado su padre, cuando Bilbao cayó en manos de las tropas franquistas era el único miembro de la familia, junto con José Mª Olábarri, que no había ido a Francia. Fue encarcelado pero pudo huir a Francia de donde regresó en 1942, siendo confinado primero en Ciudad Real y luego en Madrid. El 29 de febrero de 1944se le autorizó a volver a Vitoria en la misma situación de “confinado”, aunque al poco tiempo pudo volver a su casa de la Gran Vía bilbaína.

Tuvo una intensa actividad cultural y literaria, siendo un asiduo en la prensa con múltiples colaboraciones. Destacó por sus retratos costumbristas de un Bilbao que conoció muy bien y del que dejó innumerables ejemplos: Divagaciones de un transeúnte. Bilbao, 1920,  Rosalía en París. Bilbao, 1922. Divagaciones que nos trae el fútbol. Bilbao.1932. Zuloaga y el Bilbao del sombrero hongo. Bilbao, 1953. Bilbao y los encantos del circo. Bilbao, 1954. Cuando “Guiard” llamaba fiera a“Lagartijo”. Bilbao, 1957. AngelLarroque y la escuela de retratistas ingleses. Bilbao, 1961. La “Belle Époque” bilbaína 1917- 1922. Bilbao, 1964, y  Divagaciones de un bilbaino. Bilbao, 1967. Fue un asiduo colaborador –y uno de los soportes económicos– del periódico deportivo Excelsius bajo el seudónimo de Sir Archibald.

Dedicado a la literatura y al periodismo falleció en Bilbao el 26 de noviembre de 1965.

En el Casco Viejo tiene un cantón con su nombre.

Eduardo J. Alonso Olea