Comerciante y economista nacido en Bilbao, hijo del comerciante José Arriquibar Larrea y de Francisca Nicolasa Mezcorta Urresti. Nació en una de las familias más representativas del comercio de Bilbao de la época, su abuelo fue Martín de Arriquibar y Calatina Terreros su abuela paterna, quien también procedía de una amplia familia de comerciantes. Su madre fue hija de Juan de Mezcorta y de María de Urresti también otra significada familia dedicada al comercio.

Nicolás Arriquibar tuvo activa labor comercial sobre la base de los negocios familiares sobre todo de lana, con proyecciones hacia Madrid, pero también hacia Londres, Ámsterdam o ciudades francesas. Su familia estableció relaciones con varias otras familias de comerciantes, así fue tío, por ejemplo, de Diego María de Gardoqui y Arriquibar (1735-1798), comerciante, político y diplomático y primer embajador de España en los Estados Unidos.

Tras la muerte de su hermano mayor Joaquín José y la toma de los hábitos de su hermano menor, Francisco Antonio, se dedicó a los negocios familiares pronto, estableciéndose en Madrid en 1741 como propietario de una compañía, pero en realidad era una comisionada de la empresa paterna.

Al morir su padre en 1745 se hizo con las riendas del negocio no sólo lanero sino de comercio de letras y de pescado. Así, por lo tanto, formó parte de la red de comerciantes vizcaínos con influencia en la Corte, donde se casó con otra hija de comerciantes vizcaínos Ana Josefa de Mendieta y Río.

Tras veinte años de estancia en Madrid, y sin abandonar sus negocios en la Corte, trasladó su residencia de nuevo a Bilbao, en donde ejerció diversos cargos además de continuar con sus negocios comerciales: Consulado de Bilbao (del que fue Prior en 1765 y 1769), Diputación General (fue contador regidor del bando gamboino en el bienio 1772-74), la Casa de Misericordia, de la que fue uno de sus fundadores, o la Real Sociedad Vascongadas de Amigos del País, que publicó su conocido libro de economía titulado Recreación política. Reflexiones sobre el amigo de los hombres en su tratado de población, considerado con respecto a nuestros intereses, impreso en Vitoria el año 1779, cuatro años después de su muerte. En este libro aboga por la introducción de mejoras en la agricultura pero combate a los fisiócratas defendiendo la primacía de la industria como fuente de riqueza.

Eduardo J. Alonso Olea