Nació en la calle Lutxana de Bilbao, hijo de José Mª Arteche y Osante (Balmaseda, 1849 /Bilbao, 1905) y de Mª Elisa Villabaso Gorrita.  La familia paterna procedía de las Encartaciones (Güeñes y Balmaseda). La familia paterna procedía de Górliz, de donde fue natural su abuelo materno, y de Balmaseda, aunque residieron en Bilbao.

Julio Arteche fue un destacado empresario aunque mantuvo una cierta actividad política a comienzos de los años veinte, siendo diputado por Markina en 1923. Estuvo vinculado durante seis décadas al Banco de Bilbao y desde aquí a multitud de sociedades.

Se casó en 1902, en el palacio Olábarri con Magdalena Olábarri (1881-1969). El matrimonio tuvo seis hijos: Magdalena, José María, Mª Victoria, Teresa, Isabel y Francisco Javier.

Tras los estudios de secundaria cursó ingeniería en la Universidad de Deusto desde 1894, pero no completó la carrera hasta pasados los 70 años en que finalmente obtuvo el título de ingeniería. Comenzó en los negocios familiares muy joven. En diciembre de 1903, con 24 años, entró a formar parte del Consejo del Banco de Bilbao, entidad que no abandonaría hasta su muerte en 1960. Desde aquí desarrolló una incesante actividad en el ámbito de la empresa.

La primera vez que Julio Arteche alcanzó notoriedad fue con ocasión de la Primera Guerra Mundial, desde la presidencia de la Agrupación de Sociedades Anónimas del Norte de España. Una vez terminada la guerra, desde el Banco de Bilbao, participó en el proceso de su internacionalización al recoger el activo de la antigua casa Mildred & Goyeneche de Londres y conformarla como la sucursal del Banco en Londres. En otro proceso del momento, el Banco de Bilbao participó activamente en la nacionalización del capital de las grandes compañías ferroviarias, de forma que fue nombrado, en 1920, consejero de la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España.

Además también el Banco de Bilbao participó en el sector eléctrico, por lo que Arteche fue consejero de Saltos del Duero y presidente de la Sociedad Hispano-Portuguesa de Transportes Eléctricos.

Durante la década de los veinte estuvo presente en los consejos de otras muchas sociedades: Banco de Comercio, Papelera Española, Marítima del Nervión, Alambres del Cadagua, la Compañía del Ferrocarril de Santander a Bilbao, Española de Petróleos, Minera Dicido, Minera de Porcia y de la empresa Obras y Servicios.

En la inmediata posguerra, además de participar en la constitución de Nitratos de Castilla, en 1940, Arteche se situó como uno de los principales consejeros del Banco de Bilbao. En enero de 1942 la Junta General de Accionistas aprobó la variación en la tradición de la entidad de presidencias rotativas para nombrar un presidente estable, siendo él el elegido para ocupar el puesto.

Bajo su presidencia se intensificó la internacionalización de actividades del Banco, con la creación de un Servicio de extranjero en 1945 y ampliaba la red de sucursales por toda España. Igualmente se incrementó la relación banca-industria, siendo presidente de Iberduero (fruto de la fusión de Hidroeléctrica Ibérica y Saltos del Duero), Nitratos de Castilla, Papelera Española, Comercial del Cobre y Metales, Electra de Burgos, Electra de Salamanca, Fundiciones de Vera, Cellophane España, Constructora Nacional de Maquinaria Eléctrica y la Sociedad Española de Construcciones Electromecánicas (SECEM).

Fue también miembro del Consejo del Banco de España, como representante del Consejo Superior Bancario, y ocupó la vicepresidencia de empresas tales como la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE) y la Sociedad Española de Automóviles de Turismo (SEAT), siendo también consejero de Construcciones Aeronáuticas (CASA) o la Compañía General Española de África.

Eduardo J. Alonso Olea