La organización de la asistencia a las urgencias en Bilbao tuvo su inicio el año 1760. Durante muchos años fue el Ayuntamiento el responsable, hasta que la creación del Servicio Vasco de Salud-Osakidetza le liberó de aquella obligación.

Desde mediados del siglo XV, constan intervenciones de cirujanos residentes en Bilbao actuando como peritos forenses en casos de agresiones o de muertes violentas. Esto nos permite suponer que eran estos profesionales los encargados de prestar asistencia a los accidentados y heridos; por lo menos, a los pertenecientes a las clases más adineradas. Los menos pudientes, es probable que acudieran a los barberos, curadoras de llagas o bien a cualquiera otro de los curanderos locales expertos en componer huesos o en tratar heridas. Los hospitales de Bilbao eran meros asilos y carecían de recursos médicos.

A finales del año 1760 el Ayuntamiento firmó un contrato para garantizar la presencia permanente en el Hospital de un cirujano romancista (categoría similar a los practicantes del siglo XX) para prestar asistencia de urgencia. Pronto se nombraron dos cirujanos que deberían de repartirse el tiempo de tal forma que siempre hubiera uno presente. Contaban con la ayuda de los practicantes de cirugía, estudiantes de cirugía que realizaban sus prácticas en el Hospital.

A mediados del siglo XIX tuvo lugar un cambio de categoría al ser transformadas estas dos plazas en otras de “Médicos de Puertas” que se encargaban de la asistencia de urgencia para toda la Villa, turnando a días alternos en esta labor.

En el año 1883 la Junta organizó un servicio de guardia: “El Cuarto de Socorro”, que continuó funcionando durante más de cien años y se convirtió en un recurso utilizado profusamente por la población no sólo de Bilbao, sino de otras localidades de Bizkaia.

Debemos destacar que durante muchos años una abrumadora mayoría de sus asistencias fueron de tipo quirúrgico, pues las de tipo médico continuaron siendo atendidas en su propio domicilio. Los accidentes de tráfico eran mucho más frecuentes de lo que podrían hacernos pensar los medios de locomoción utilizados.

La dotación inicial de personal, estaba constituida por un médico-cirujano y un cirujano practicante, que contaban con la colaboración del portero. En un principio eran dos los médicos de entrada que turnaban para garantizar una asistencia permanente, pero en 1889 pasaron a ser cuatro, siendo seis los practicantes que prestaban servicio con ellos.

El traslado a Basurto no supuso cambio alguno en cuanto a organización del servicio se refiere.

En vísperas de la Guerra Civil, Basurto continuaba siendo el único recurso asistencial de Bizkaia para urgencias graves, adonde llegaban enfermos de todos los pueblos de Bizkaia. El número de heridos en accidente de tráfico atendidos había crecido considerablemente. Así en un solo mes, en junio de 1935, se registraron 14 heridos por caídas de bicicleta, ciclistas atropellados o choques entre bicicletas; 13 personas fueron atropelladas por vehículos a motor y 5 más sufrieron heridas en accidentes de automóvil.

Aunque continuaba el predominio abrumador de las personas atendidas por haber sufrido algún accidente, 2.336 en el año 1935; comienzan a aparecer algunas urgencias médicas como ataques cardíacos y cólicos.

En un principio, el Cuarto de Socorro estaba situado junto al túnel de entrada del Hospital, en el actual edificio de Administración. En el año 1930 se construyó un pequeño pabellón situado a la entrada del Hospital.

En tiempos próximos al fin de la Guerra Civil se desdobló el servicio médico de urgencias en dos turnos: cirugía y medicina. Cada uno de ellos compuesto por un médico Ayudante temporal y un Médico Interno. La anestesia de las operaciones de urgencia las practicaban los practicantes de guardia, pero tras la creación del Servicio de Anestesia y Reanimación, 1961, el equipo de guardia se reforzó con la presencia de un médico anestesista. En 1969 se incorporó un pediatra.

La integración del Hospital en el Servicio Vasco de Salud-Osakidetza  en el año 1992 supuso la modernización de este servicio, que pasó a ubicarse en el nuevo Pabellón Macua, donde disponía de quirófanos, servicios de radiología, laboratorios y área de hospitalización. También hubo un aumento de la dotación del personal sanitario para cubrir la asistencia especializada que requería la atención urgente de un hospital moderno para una gran área de población.

Y en 2014 este servicio sigue siendo el principal recurso para la asistencia de urgencia a la población de Bilbao.

Juan Gondra Rezola