Los bailes al aire libre los domingos y días de fiesta siempre han sido muy populares entre los bilbaínos de a pie.

Uno de los primeros lugares donde se ubicó el baile fue la campa de Albia, al lado de la iglesia de San Vicente y de la antigua plaza de toros. Con la anexión de Abando a Bilbao en 1870, se trasladó el reciento festivo a las campas de La Casilla. Allí se construyó, además de la nueva Vista Alegre, un quiosco de madera para acoger a la banda de música con sus txistus, tamboriles, albokas, panderetas y acordeones. En los años veinte se sustituyó por uno de hormigón que duró hasta 1965.

En este tipo de bailes, mientras que los mayores iban a bailar y divertirse, los jóvenes buscaban pareja, bailando a lo “agarrado” bajo la atenta mirada de sus carabinas.

Aunque luego se crearon salas de fiesta, el baile de La Casilla, conocido popularmente como El Casillón, pervive hoy en día al ritmo de pasodobles, salsa y chachachás, bajo la sombra de un quiosco nuevo inaugurado en 1991. Además, desde el año 2009 la temporada estival se completó con el baile de invierno en el interior del pabellón municipal de deportes de La Casilla.

 


Ale Ibarra Aguirregabiria