El Boletín del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro se editó en Bilbao entre julio de 1931 y el 15 de octubre de 1936. Fue el órgano de difusión del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro que se creó un año antes, el 30 de julio de 1930. El colegio abrió su sede central en Bilbao, desde donde se editó la revista, y contó además con cuatro delegaciones en Álava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra.

La legislación obligó a la colegiación obligatoria de los arquitectos con el fin de realizar la supervisión técnica de todos los proyectos arquitectónicos que se iban a ejecutar. Su objetivo fue dignificar la profesión y evitar, principalmente, los problemas constructivos, la falta de escrúpulos y el intrusismo profesional que habían provocado alarma y preocupación a partir de la década de los veinte.

El Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro, al igual que otros colegios de arquitectos, consideró que era necesario editar una revista para sus colegiados con el fin de dar a conocer la nueva organización a la que estaban sometidos. El boletín vasco, fue el primero que se publicó en España, antes que los boletines Madrid y Barcelona, que lo hicieron el 1 de octubre de 1931 y marzo de 1932 respectivamente.

Los dos primeros números del Boletín del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro se refirieron a la organización y funcionamiento colegial. En el primer número de julio de 1931, se publicó el marco legal que prescribía la creación de los colegios, el acta de constitución del colegio vasco-navarro, sus estatutos, órganos de funcionamiento y un listado de los profesionales colegiados. El segundo número de noviembre de 1931, recogió los estatutos de todos los colegios y el reglamento del vasco-navarro, sus órganos de funcionamiento y un listado, también, de los miembros colegiados. Una vez publicado el nuevo marco de funcionamiento profesional, el siguiente número, de 15 de enero de 1932, concretó el formato, el contenido y la periodicidad mensual que siguió hasta su último número.  

El boletín tuvo un carácter informativo sobre cuestiones relacionadas con la vida colegial, como comisiones, memorias, informes, aclaraciones, tasas, circulares, o relaciones con otros colegios e instituciones. En él también se recogieron numerosas disposiciones oficiales e institucionales relacionadas con la profesión y la construcción, como las nuevas ordenanzas constructivas o las bases de algunos concursos, que resultaban de interés para los arquitectos colegiados. En el boletín aparecieron las convocatorias y la resolución de diferentes concursos, entre los que cabría destacar el de de viviendas municipales de Solokoetxe en Bilbao, y el grupo escolar de San Francisco también en la capital vizcaína, que tuvieron una importancia destacada en el desarrollo de la arquitectura de los años treinta en Bilbao y en el País Vasco.

En menor medida, en el boletín se publicaron las opiniones de algunos arquitectos en forma de colaboraciones, conferencias o extractos de publicaciones. Pascual Perea, arquitecto del negociado de contribuciones especiales del Ayuntamiento de Bilbao, junto con otros profesionales, colaboró en repetidas ocasiones con la revista. El boletín publicó asimismo las conferencias de Ricardo Bastida sobre urbanismo y Estanislao Segurola sobre enlaces ferroviarios, junto con varios artículos sobre arquitectura, ingeniería y propiedad de otras revistas locales, estatales y extranjeras.

El 15 de octubre de 1936, al poco tiempo de iniciarse la Guerra Civil, se editó el número sesenta y último número del boletín.


Francisco Javier Muñoz