Colegio profesional de arquitectos creado en Bilbao el 30 de junio de 1930, que abarca las provincias de Álava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra y cuenta con delegaciones en la capital de cada una de las provincias. 

El 27 de diciembre de 1929 se promulgó un Real Decreto que obligó a la colegiación obligatoria de los arquitectos. Su principal cometido fue realizar la supervisión técnica de todos los proyectos arquitectónicos antes de que se ejecutaran. Con ello se quiso dignificar y defender la profesión, y evitar diferentes problemas que durante la década de los veinte habían causado alarma y preocupación. Principalmente problemas constructivos, como hundimientos, la falta de escrúpulos de arquitectos y constructores y el intrusismo profesional.

Inicialmente la mayoría de los profesionales y el propio Estado, se mostraron contrarios a la colegiación de los arquitectos, por considerar que la supervisión técnica de sus proyectos limitaría su libertad. Pero los problemas relacionados con la profesión hicieron que las peticiones de colegiación fueran constantes y, finalmente, se accedió a su creación.

Se crearon seis colegios con capitalidad en Barcelona, Bilbao, León, Madrid, Sevilla y Valencia. En ellos se tenían que aglutinar los más de mil profesionales titulados que había en el país. El 30 de junio de 1930 se constituyó el primer colegio de arquitectos de España en la calle Estación de Bilbao bajo el nombre de Colegio Oficial de Arquitectos Vasco- Navarro. Su ámbito de actuación abarcó las provincias de Álava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra, y contó con una delegación en cada capital de provincia. El día de su constitución el colegio estaba formado por 93 arquitectos: 5 en Álava, 41 en Bizkaia,  35 en Gipuzkoa, y 12 en Navarra. En 1936, antes del inicio de la Guerra Civil, el número de arquitectos colegiados fue de 110: 5 en Álava, 46 en Bizkaia, 42 en Gipuzkoa y 17 en Navarra. A ello se sumaron diez profesionales más, -de Madrid, Barcelona y Córdoba-, que ya estaban inscritos en otros colegios, pero que se adhirieron al colegio vasco-navarro para poder trabajar dentro de su jurisdicción.

El colegio Vasco- Navarro se rigió por unos estatutos comunes para todos los colegios que se aprobaron por Decreto el 31 de julio de 1931. También contó con reglamento orgánico de actuación profesional que se aprobó por la Junta General del colegio el 11 de septiembre de 1931 y se completó en meses posteriores. Cada colegio tenía una Junta General compuesta por todos los colegiados, una Junta de Gobierno elegida por todos los colegiados, un tribunal profesional y una comisión depuradora. Las juntas generales se celebraron de manera alterna en las distintas capitales que abarcaba el colegio vasco-navarro, por lo que los arquitectos tuvieron la oportunidad de relacionarse entre ellos, y ver qué se estaba construyendo en cada ciudad.

La Junta de Gobierno la formaban un Decano-presidente, un tesorero, un contador, un secretario, un vice-secretario y seis vocales. Las delegaciones estaban compuestas por un presidente, un tesorero y un secretario, a excepción de la delegación de Gipuzkoa, que también contó con un sub-delegado en el distrito de Bergara. La comisión depuradora profesional estaba formada por tres arquitectos propietarios y tres suplentes cada uno. El tribunal profesional lo componían siete arquitectos propietarios y siete suplentes. 

Asimismo el colegio contó con un órgano de difusión: el Boletín del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco- Navarro (1931- 1936). La publicación tuvo un carácter informativo sobre cuestiones relacionadas con el colegio, y las disposiciones oficiales relacionadas con la profesión y la construcción.

El colegio ha reconocido la labor de sus arquitectos con la concesión de diferentes premios como el Premio Pedro Asúa de la Delegación de Bizkaia (1950- 1972), el Premio Aizpúrua de la Delegación de Gipuzkoa (1960- 1969), el Premio Olaguíbel de la Delegación de Álava (1963-1989), el Premio Bizkaia de la Delegación de Bizkaia (1984- 1990), el Premio Ciudad Urbanismo y Ecología de la Agrupación vasco- navarra de arquitectos urbanistas (1996-2003), y los premios del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro desde 1991.

           

 


Francisco Javier Muñoz Fernández