La clínica IMQ (Igualatorio Médico Quirúrgico) es una construcción de equipamiento sanitario que se ubica en la Calle Ballets Olaeta 4, frente al área de Zorrotzaurre, dando fachada al ramal derecho de la ría tras la apertura del canal de Deusto. Es el resultado de la colaboración entre los arquitectos Alfonso Casares (AIDHOS, Arquitectura e Ingeniería de Hospitales, S.A.) y Carlos Ferrater (OAB, Office of Architecture in Barcelona), y es inaugurado en 2012. El edificio plantea un marcado carácter unitario y global recogiendo el código genético de Bilbao definido por una geometría contemporánea y su tradición industrial en la producción siderometalúrgica.

Se compone de dos volúmenes diferenciados. Uno lineal, modulado a través de unas costillas estructurales en toda su altura. El otro, poligonal, se convierte en el icono de la obra, respondiendo a su ubicación al plantearse como la puerta de acceso a la remodelación del área de Zorrotzaurre. Asimismo participa en la configuración de un nuevo frente urbano hacia la ría, sumándose a otras edificaciones recientes como el Museo Guggenheim o el Palacio Euskalduna.

La edificación, de 40.000 m2 construidos, está compuesta por 3 plantas de aparcamiento bajo rasante y 6 plantas de servicios hospitalarios sobre rasante.

El programa incluye 157 habitaciones de hospitalización, 10 quirófanos, 58 boxes (urgencias, hospital de día, oncología, cuidados intensivos), 46 consultas externas, 14 salas de exploración, así como unidades especiales.

La nueva clínica está diseñada para que desarrollen su trabajo 350 profesionales de distintas áreas. Se ha prestado especial atención a la diferenciación de accesos que eviten interferencias de uso (consultas, urgencias, hospitalización), estableciéndolos en diferentes puntos de la edificación.

Dos volúmenes diferenciados componen el conjunto. Uno, horizontal y lineal, marcado por unas “costillas” estructurales que lo modulan y permiten dotar de flexibilidad al espacio interior, pudiéndose adaptar a necesidades futuras con mínimas modificaciones constructivas. Otro, de mayor altura, se convierte en la referencia visual, y el diseño de su estructura permite unos amplios vuelos que lo dotan de gran expresividad, más acusada aún por los ligeros quiebros dispuestos en su fachada. Un único material de acabado exterior, de aspecto metalizado, recoge esa referencia a la tradición industrial de la zona y dota de un carácter unitario a toda la construcción.

Francisco J. García de la Torre y Bernardo I. García de la Torre