Dispensario antituberculoso sostenido por donaciones de la población, inaugurado en el año 1915 para prestar servicios de prevención de la tuberculosis, su tratamiento y el seguimiento de los pacientes dados de alta. Tras el descubrimiento de tratamiento antibiótico efectivo contra esta enfermedad, extendió su actividad a los pacientes asmáticos o víctimas de otras enfermedades del aparato respiratorio. Pasó a integrarse en el Servicio Vasco de Salud-Osakidetza. El viejo edificio fue demolido para dar paso a un edificio vanguardista y el antiguo consultorio es ahora la sede del Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco en Bilbao.

A finales del siglo XIX hubo en Bilbao un fuerte movimiento en demanda de que se organizara adecuadamente la lucha contra la tuberculosis y, tras la iniciativa del sanatorio en el Gorbea, que duró pocos años, se dieron pasos fallidos encaminados a la creación de un dispensario antituberculoso similar a los que estaban siendo creados en otras ciudades europeas.

A raíz de la construcción del Sanatorio de Gorliz, el gobernador civil Manuel Novella, médico de profesión, consiguió formar en el año 1912 una junta antituberculosa presidida por él, en la que se integraron autoridades locales, filántropos bilbaínos y varios médicos. Organizaron en 1913 la I Fiesta de la Flor para recaudar fondos, con un éxito enorme no sólo de recaudación (60.157 Ptas. en Bilbao) sino de publicidad e implicación de la sociedad en la lucha contra la tuberculosis. Consiguieron que Amalia y Horacio Echevarrieta, junto con su socio Isidoro Larrinaga, cedieran los terrenos para construir el dispensario y que éste estuviera ya funcionando en junio de 1915, en su sede de la esquina entre las calles Licenciado Poza y Alameda de Rekalde.

Fue dirigido por Francisco Ledo y contaba con un buen número de médicos colaboradores; todos ellos, incluso el director, sin sueldo. Atendían entre mil y mil quinientos enfermos nuevos cada año y prodigaron iniciativas preventivas y educadoras en la escuela y entre los familiares de los pacientes. Pusieron en marcha un comedor para 20 pacientes en lo que hoy llamaríamos “hospital de día”.

Tras el fallecimiento de Ledo en 1926 le sucedió el subdirector Luis Herran, pero este falleció en 1929 y, tras el advenimiento de la II Republica, llegó un nuevo director, Silvano Izquierdo, que iba a ser el principal protagonista de la lucha antituberculosa en Bilbao junto a Ramón Zumarraga. Modernizó el dispensario y puso en marcha un proceso de diagnóstico precoz mediante radioscopia o fotorradioscopia en centros de trabajo y de enseñanza. Organizó el sistema de ingresos en el Hospital de Santa Marina, al que sólo se podía ingresar a través del Dispensario, y el seguimiento de los enfermos dados de alta en él. También contribuyó a la creación de nuevos dispensarios en Bilbao y otras localidades.

Tras la Guerra Civil hubo necesidad de ampliar el edificio, que perdió su estética inicial. Ampliación que fue pagada por Telesforo Arteche –de ahí el nombre Ledo-Arteche- se elevó el número de pacientes atendidos y el de exámenes preventivos. Perdió su independencia al ser integrado en el Patronato Nacional Antituberculoso (Patronato Nacional de Enfermedades del Tórax a partir de 1958).

El descubrimiento de un tratamiento eficaz contra la tuberculosis le hizo perder su razón de ser y, tras su paso a Osakidetza, cesó su actividad y fue demolido.

Juan Gondra Rezola