Tanto el decreto del Ministerio de la Vivienda de Septiembre de 1958 para la construcción de 4.000 viviendas, control de la inmigración y solucionar el problema del chabolismo en Bilbao, como el Plan de Urgencia Social para Bizkaia aprobado en Mayo de 1959, contemplaban que además del proyecto de un polígono de viviendas en Otxarkoaga con 3677 viviendas, también se planteó en el monte Arraiz la construcción de 400 viviendas subvencionadas hasta completar las 4.000 viviendas previstas.

 Fue la respuesta a la pésima situación de los chabolistas de Rekaldeberri que denunciaban la situación de abandono institucional que sufrían. No obstante, sostener este plan sin reconocer la influencia de los Jesuitas significaría no conocer la historia de Bilbao. Uretamendi estuvo unido, siendo inicialmente un poblado de chabolas y posteriormente un poblado de viviendas, a los sacerdotes Elezkano, Borri, Armentia y Scheiffer pertenecientes a la Compañía de Jesús.

 Además de poder acceder a las ayudas, subvenciones y exenciones que proporcionaba el Plan de Urgencia Social como el tipo de Viviendas Subvencionadas, también tuvieron que conseguir el dinero necesario para construir el poblado gracias a las donaciones realizadas por los bilbaínos. Esto fue posible a través de una campaña de concienciación que se suscitó tanto desde La Gaceta del Norte como desde los pulpitos de las iglesias y de los programas de radio.

 En Uretamendi con el fin de conocer cuál era el estado real en que se encontraban se llegó a realizar por los propios vecinos una ficha estadística de cada chabola y de cada chabolista para dar soluciones concretas a los verdaderos problemas. Contaban además con el crédito de los dueños del suelo sobre el que se asentaban las chabolas.

 Los Jesuitas constituyeron la parroquia San José Obrero como constructora para acceder a todos los beneficios que otorgaba el gobierno. El proyecto inicial fue para 320 viviendas del tipo subvencionadas. Fue una propuesta del arquitecto José María Sainz Aguirre que en 1954 había sido el encargado del estudio y renovación de las ordenanzas de la construcción municipales de Bilbao.

 En el proyecto de las 400 viviendas, se preveía que estas se construirían alrededor de una iglesia y una escuela. Fueron dos tipos de viviendas los propuestos: bloques de cuatro plantas junto a bloque de bajo con una planta con acceso a través de escalera exterior y pasillo corredor en donde se abrirían comercios en los bajos. El planteamiento en la vivienda era estándar con un vestíbulo de ingreso, cocina-comedor, tres dormitorios y cuarto de baño que hacían un total de 46 metros cuadrados útiles. Los materiales utilizados eran los más baratos donados por los Jesuitas a través del Plan de Urgencia Social. Según se construía la vivienda se derruía la chabola. Se aprovechaba la mano de obra de los propios chabolistas a la hora de construir su propia vivienda aportando cada uno de ellos hasta 300 horas de trabajo.

 Este proyecto supuso acabar con las chabolas del monte Arraiz y dotar de vivienda a quienes hasta entonces vivieron en esa clase de edificaciones clandestinas.

Luis Bilbao