Begirari IV (2003) es un enorme vigía, que en las cercanías de la ría, próximo a la pasarela Pedro Arrupe, domina Uribitarte y todo el centro de Bilbao. Esta escultura es obra de Eduardo Chillida (1924-2002), uno de los artistas vascos más destacados del siglo XX. Begirari IV es un escultura realizada en acero cortén dotada de un aspecto totémico tanto por su envergadura, alcanza más de 8 metros de altura, como por su silueta: la escultura va ensanchándose desde su base, abriéndose en su parte superior un espacio que adquiere el aspecto de un ojo. La figura se asemeja así a un gran Polífemo que vigila frente a la ría.

Eduardo Chillida había finalizado la serie Buscando la Luz cuando recibió en 1998 la visita de Arata Isozaki. Ambos se tenían admiración mutua y durante una visita de arquitecto japonés a Chillida, éste le pidió que una obra de la serie Buscando la Luz culminase la Isozaki Atea. Entre ese año y el año 2000 se realizó la pieza y desde ese momento hasta su instalación definitiva estuvo expuesta en un parque de la ciudad británica de Yorkshire. Tras exponerse en el Homenaje a Chillida celebrado en el Museo Guggenheim Bilbao, Begirari IV pasó a su emplazamiento en Uribitarte. Su exposición al aire libre durante tantos años era necesaria para su oxidación y adquirir así el aspecto que Eduardo Chillida buscaba para sus esculturas.

La escultura ha variado de posición varias veces hasta su ubicación definitiva, sin que tampoco se considere la más acertada.

Ana Prado