Euscalduna. Diario político, literario y mercantil (más tarde substituyó el subtítulo por Diario político vascongado) fue el diario continuador de Villa de Bilbao. El primer número apareció el 8 de marzo de 1860. En su primera época sólo consiguió ser publicado hasta el 13 de junio de 1860, aunque volvió a aparecer entre octubre de 1861 y julio de 1873, primero, y en 1879, después.

Euscalduna mantuvo una postura ideológica diferente a la de su predecesor, lo que le llevó a entablar duras disputas, hasta llegar a lo personal, con su principal enemigo, el Irurac Bat. La concepción fuerista de ambos diarios era opuesta: para Irurac Bat eran una representación del liberalismo y para Euscalduna la esencia de la tradición, representada en la campaña que pondrá en marcha en su segunda época, en 1864, bajo el lema Jaungoicoa eta Foruac [Dios y Fueros]. Euscalduna puede ser considerado un representante del conservadurismo neocatólico. Era también un diario más inclinado a lo político que a lo económico, a diferencia del Villa de Bilbao. Al dejarse de publicar por primera vez en junio de 1860, le sucedió El Eco Vascongado de Miguel Larumbe y José de Abaitua.

Durante su segunda época (1864-1873), Euscalduna evolucionará hacia el carlismo cada vez más evidente. En 1868 fichó como colaborador a Ramón Ortiz de Zárate, diputado alavés que hasta octubre de ese año escribía en Irurac Bat, cada vez más anticlerical. En diciembre de 1868 el juez de paz de Bilbao absolvió a Tiburcio de Astuy, director de Euscalduna, de un delito de calumnias e injurias por el que le había imputado Camilo de Villavaso, director y propietario de Irurac Bat, por unos artículos del primero acusando al Irurac Bat de ser “propagador incansable de las doctrinas protestantes” y “un hereje como una loma”. En enero de 1869, se hace cargo de la dirección de Euscalduna Miguel Loredo, quien publicará el programa que regirá la publicación en lo sucesivo: “La unidad religiosa divinamente realizada en la Iglesia Católica” y los Fueros como expresión de “independencia, libertad y patriotismo”.

Javier Díaz Noci