En su traducción, la Izquierda de Euskadi, fue una coalición y después un partido político de tendencia nacionalista y de izquierdas en el País Vasco y Navarra.

Surgió en 1977 a partir de una plataforma de organizaciones –entre las que destacan Euskal Iraultzarako Alderdia-EIA, Euskadiko Mugimendu Komunista-EMK y Euskal Komunistak-EK– que propugnaban el restablecimiento del Estatuto de Autonomía, el derecho a la autodeterminación y la disolución de las fuerzas franquistas, era el Euskal Erakunde Herritarra. A pesar de los buenos resultados de las primeras elecciones en las que Juan Mari Bandrés fue elegido senador por Gipuzkoa, enseguida comenzaron las fricciones entre los diferentes grupos, sobre todo tras la creación de Herri Batasuna-HB en la que se integraron algunos de los miembros de EE como Periko Solabarria, Francisco Letamendia o Iñaki Esnaola. Así, la entrada y salida de pequeños grupos en EE fue motivo de disputa constante durante 1978.

En noviembre de ese mismo año, Bandrés solicitó el registro de Euskadiko Ezkerra como partido. En las elecciones al Parlamento Foral de abril del 79 se presentó dentro de diferentes coaliciones, aunque en Navarra apenas consiguió representación a lo largo de esos años. Tampoco en las elecciones generales tuvieron gran éxito, manteniendo el único puesto de diputado que tenían, el del propio Bandrés, diputado desde 1979 a 1989. Mientras que en las elecciones autonómicas de marzo de 1980, consiguieron seis parlamentarios en la cámara vasca.

En marzo de 1982, EE se unió al sector mayoritario del PCE-EPK, liderado por Roberto Lertxundi. La nueva formación pasó a denominarse Euskadiko Ezkerra-Izquierda para el Socialismo, y abandonó su tendencia nacionalista vasca para definirse como socialista abertzale. A esta nueva EE se sumaron exmilitantes de otros partidos como el EMK, LKI o el PSE entre otros. Su secretario general fue Mario Onaindia y su presidente Juan Mari Bandrés, ambos defensores de la disolución de la estrategia armada de ETA.

En 1985, en el II Congreso de EE –carente de toda la retórica marxista inicial–, Kepa Aulestia fue elegido secretario general. Y tras unos años de indiscriminada violencia terrorista, firmó, en enero de 1988, el Pacto de Ajuria Enea por la paz y contra el terrorismo. En el III Congreso de EE celebrado en mayo de ese mismo año, se ratificó el equipo de Aulestia en la dirección del partido y se adoptó un socialismo democrático. Además, a finales de año aceptaron la Constitución Española de 1978.

En los años noventa el partido entró en crisis y se agudizaron las dos tendencias que venían fraguándose: unos proclives a unirse con el PSE y otros a la recién creada Eusko Alkartasuna-EA. La nueva dirección, establecida en el IV Congreso y liderada por J. Mª Bandrés y Jon Larrinaga, era tendente al socialismo, por lo que se inició el acercamiento. Así, en enero de 1993, se ratificó la fusión dando lugar al PSE-EE, un socialismo vasco renovado y reforzado. Por su parte, Aulestia y los seguidores de su línea conocida como “Auñamendi”, de tendencia más nacionalista, fundaron Euskal Ezkerra-EuE, aunque apenas duró unos años.

En febrero se celebró en Eibar el VI y último congreso de EE. Al darse cuenta del abandono del proyecto vasquista del nuevo partido, importantes militantes lo abandonaron. El 27 de marzo de 1993 nació oficialmente en Bilbao el PSE-EE con Mario Onaindia como vicepresidente.


Ale Ibarra Aguirregabiria