Los Ybarra, sobre las iniciales actividades en el comercio del mineral de hierro de su patriarca, José Antonio Ybarra de los Santos, desde 1841 vieron la posibilidad de extender sus actividades a la fabricación de hierros y no sólo a su comercio. Su primera fábrica se levantó sobre las ruinas de una fallida anterior, en Guriezo (Cantabria) en 1846. Al poco tiempo su emplazamiento se vio no tan conveniente como habían pensado, así que en 1854 comenzaron a construir una nueva fábrica, más grande y mejor ubicada, en la vega de Barakaldo, conocida como la Fábrica de Nuestra Señora del Carmen, situada en un terreno llano lindante con la ría en un tramo plenamente navegable, por lo que sus conexiones marítimas eran inmediatas.

En ella instalaron un nuevo sistema de obtención hierro dulce sin tener que recurrir al alto horno y al afinado mediante hornos Chenot, los primeros y casi únicos del mundo. Instalaron ocho hornos para la obtención de esponja metálica y  desembolsaron cinco millones de reales y contrataron a un cuerpo técnico preparado para la ocasión. La necesidad de capital hizo que aunque controlada por Ybarra y Cía (con el 60%) requiriese el apoyo financiero de los banqueros Cristóbal Murrieta, afincado en Londres, y José Javier Uribarren, instalado en París.

Los hornos Chenot funcionaron hasta el año 1871 en que fueron abandonados ya que el procedimiento para obtener el hierro era tan costoso como el de los hornos altos de carbón vegetal. Era un procedimiento sumamente lento, con requerimientos de personal elevados, con una merma muy elevada (45%), y además por cada tonelada de hierro obtenido se debían de consumir cuatro de combustible, más de la mitad forzosamente carbón vegetal. Entre 1860 a 1871 produjeron 17.330 toneladas.Debido a estos problemas se tuvieron que instalar dos altos hornos, uno de coque y otro al vegetal.

El Carmen, únicamente, en el año de 1882, produjo 27.900 quintales de hierro colado y 107.238 de hierro dulce, pero para comparar tras la gran inversión efectuada la fábrica de Martínez Rivas, la del Desierto, elaboró 300.000 quintales de hierro colado. Es por ello que se planteó, ya a comienzos de los años 80, la ampliación de la fábrica a lo que será Altos Hornos de Bilbao.

Eduardo J. Alonso Olea