La fiesta de los txikiteros fue instaurada en 1964 por Don Epifanio Mezo, párroco de la Catedral de Santiago e ilustre txikitero. Con ella pretendía honrar –el mismo día de la fiesta de la Patrona– a los hombres y mujeres que, frente al individualismo de los últimos tiempos, supieron mantener viva la costumbre del txikiteo como forma de cohesión social. Esta costumbre tan bilbaína trata simplemente de salir a la calle y compartir nuestra vida con amigos y vecinos con un txikito o vaso de vino en la mano.

Aunque en 1997 se creó el grupo de trabajo Txikitero Artean, es una fiesta espontanea, sin mucha organización que año tras año se llena de contenido con la participación ciudadana. Eso sí, es obligatorio el uso de txapela como signo externo de participación en la fiesta. A pesar de todo, sí cuenta con un pequeño programa fijo que incluye la ofrenda floral a la Virgen de Begoña en la hornacina que se encuentra en el Palacio Yohn –edificio conocido como La Bolsa–, la entonación a coro del himno La Salve de los Txikiteros, y el lunch popular que se ofrece después.

Por otro lado, siempre ha sido costumbre entre los txikiteros bilbaínos donar la calderilla sobrante del pago de las rondas, por lo que este día también se procede al recuento de la hucha de los txikiteros, empotrada en la esquina de la calle Pelota con Santa María –frente a la hornacina–, único punto del Casco Viejo desde el que es visible la Basílica de Begoña. Si bien antes la recaudación se entregaba para el cuidado de los huérfanos de la Villa, popularmente conocidos como niños de la Casilla, hoy en día se dona a programas de diversas ONG’s.

En los últimos años muchos negocios, en especial bares, se han unido a la fiesta obsequiando a la clientela con detalles. Durante un tiempo fueron famosos los huevos duros de txikitero del histórico Café Boulevard o la tarta Begoña, de bizcocho emborrachado y trufas, del Gremio de Pastelería de Bizkaia. Sin olvidar los Txikitos de Honor, galardones que cada año distinguen a personas o entidades que hayan destacado por su apoyo a la conservación de esta forma de relación social.


Ale Ibarra Aguirregabiria