Telesforo Gil del Espinar. Pionero del cine, nació en Bilbao en 1896 y falleció en Madrid en 1977. Funcionario de correos y realizador aficionado, dirigió una de las primeras películas vascas de temática urbana e industrial, el largometraje de ficción titulado Edurne, modista bilbaína (1924), en la que también participó como guionista, productor y actor, junto con un elenco de intérpretes no profesionales. La película presenta un sencillo melodrama de amores interclasistas inscrito en un contexto de problemática obrera, efervescencia industrial y creciente problemática de la vivienda. El argumento plantea un melodrama urbano que no renuncia al uso de recursos fantásticos, en el que destaca una secuencia de gran realismo dedicada al desahucio de la vivienda de la protagonista.

Estrenada en el Gran Salón Cinematográfico Olimpia, no se conservan sino el guión y algunos descartes y fotogramas de la película. Al parecer, una copia cedida por el autor a una casa de dulces fue troceada, fotograma a fotograma, e incluida en los envoltorios a modo de promoción del producto.

La película es obra de la productora bilbaína Academia Cinematográfica Hispania Films, creada en 1923 por Aureliano González y Alejandro Olavarría, quienes tuvieron que hacer frente a problemas de financiación para finalizar el proyecto. Aureliano González participó también en la misma como director de fotografía y fue quien  decidió contratar a Telesforo Gil del Espinar para la dirección artística de escena.

El folleto promocional de la película hacía hincapié en la participación de jóvenes vascos, entre los que figuraban los hijos del autor y del director de fotografía, con una trama ambientada en las calles y principales edificios de la villa. El texto advertía también de la filmación de panoramas, vistas y eventos, como el Baile de los Campos Elíseos o el campo de foot-ball de San Mamés.  Pero junto con estas celebraciones, el programa de mano subrayaba la presencia de fábricas y minas de la región, poniendo el énfasis en el carácter fabril e industrial de sus ambientaciones. Se trata, según los redactores del texto, de una de "las más completas descripciones de nuestro país, estampada en los cuadros amenos de un argumento bien conducido y lleno de originalidad que sostiene la atención del espectador desde las primeras secuencias".


Eneko Lorente