Juana Abascal Nicolás era natural de Castro Urdiales, provincia de Cantabria. Nació el 11 de octubre de 1908, por lo que en 1937 tenía 29 años.  Hija de Venancio Abascal y Pilar Nicolás, era viuda y tenía una hija llamada Pilar. Residía con su madre en Castro Urdiales y trabajaba como jornalera. Juana tenía otras dos hermanas, Carmen y María.

Tras la conquista de Castro Urdiales por parte de las tropas franquistas las tres hermanas huyeron hacia Cabezón de la Sal.

El 22 de septiembre de 1937 varios agentes de la Comisaría de Investigación y Vigilancia, acompañados de dos vecinos procedieron a registrar el domicilio de Juana y Carmen. Su casa se encontraba ocupada por una mujer que tenía cuatro hijos que se había desplazado hasta Castro fruto de la guerra. Tras el registro los agentes encontraron objetos de culto que habían sido sustraídos, tales como un jarro pequeño, dos vinajeras, una bandeja de metal blanca y cinco libros religiosos.

Juana Abascal fue detenida el 27 de noviembre de 1937 junto con sus dos hermanas. Las tres fueron internadas en un primer momento en el depósito municipal de Castro Urdiales, habilitado como prisión.

Dos días después las tres hermanas fueron denunciadas por una joven de 18 años residente en Cabezón de la Sal, que informó que habían dejado enseres robados de su localidad en la casa de un vecino. Además dijo que las tres iban “vestidas con trajes hechos con sotanas de sacerdotes o religiosos”. Por último afirmó que la amistad que tenía con las tres era porque su hermano se las había “encontrado” en su localidad y las tres no disponían de ninguna vivienda.

El 30 de noviembre otra vecina de Castro denunció a las tres hermanas, informando que cuando varios falangistas de la localidad fueron detenidos ellas denunciaron a otro que se encontraba escondido. Según la denunciantes este último falangista fue “detenido y muerto bárbaramente en la plaza del Ayuntamiento”. Por último indicó que Juana amenazó de muerte a su hija, por lo que tuvo que mandarla a Bilbao.

El 1 de diciembre una joven de 25 años que había estado detenida por los republicanos denunció a Juana, indicando que profirió “blasfemias y juramentos” a los presos, además de amenazarlos de muerte. También la acusó de entrar en su domicilio junto con varios milicianos y robarle “varias cosas”, sin especificar cuáles.

El mismo día Juana fue interrogada, negando en todo momento que hubiera amenazado de muerte a nadie. Reconoció que durante la contienda trabajó en la fábrica de guerra y que se trasladó a Cabezón de la Sal como operaria de dicha fábrica.

El Ayuntamiento de Castro Urdiales informó al tribunal militar sobre la conducta político social de las tres hermanas el 2 de diciembre. Sobre Juana indicó que era de mala conducta y que estaba “afiliada en los partidos marxistas”, que en su localidad “se dedicó al saqueo y robo de casas así como de edificios religiosos”.

El 31 de diciembre otro vecino derechista que también había sido detenido por los republicanos, denunció que Juana le había insultado y amenazado de muerte el día de su detención. Además también indicó que había proferido insultos contra Franco y su familia, “diciendo tales barbaridades que me abstengo a reproducirlas”.

El 19 de enero de 1938, el fiscal solicitó la pena de muerte para Juana Abascal, acusada de izquierdista, de ser la causante de la muerte del falangista asesinado en la plaza del Ayuntamiento, y de robar en conventos y casas particulares. Para sus dos hermanas pidió la pena de reclusión perpetua. El tribunal militar tras escuchar al fiscal “in voce” impuso a las tres hermanas las penas solicitadas por el fiscal. En el caso de Juana la pena fue más alta que las de sus hermanas, debido a “la circunstancia agravante de su perversidad y grave daño”.

Desconocemos la fecha exacta del traslado de Juana desde Castro a Bilbao, pero fue internada en la Cárcel de Larrinaga.

Francisco Franco se dio por enterado de la pena impuesta el 18 de marzo de 1938. A las 03:30 de la mañana del 17 de diciembre de 1938 Juana pasó por la capilla de la Cárcel de Larrinaga, siendo fusilada a las 07:00 de la mañana en el cementerio municipal de Bilbao.

María y Carmen Abascal Nicolás recuperaron su libertad en 1945.

Aritz Ipiña Bidaurrazaga