Barrio de La Peña

Abusu auzoa

La Peña neighborhood

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El barrio de La Peña se emplaza aguas arriba del casco urbano bilbaíno, en un pronunciado meandro que describen los ríos Ibaizabal y Nervión, al quedar su curso encajado en los montes próximos, no muy altos, pero sí de fuertes pendientes. En la margen izquierda del río, al pie del Pagasarri (668 mts.)-Ganekogorta (997 mts.) se extiende dicho enclave. El río y el monte han reducido a una estrecha franja el suelo urbano (La Campa y Abusu), mientras, a media ladera, perviven un paisaje y unas formas de vida rurales (Buia y Seberetxe).

Como apuntan los historiadores J. Enríquez y E. Sesmero, los barrios de Ibaizabal(antiguo La Peña) y Buia probablemente existían antes de 1300. Tras la fundación de la villa, el primero de éstos barrios superaba en importancia a los demás, al disponer de recursos hidráulicos para hacer funcionar molinos y ferrerías, encontrarse próximas las minas de hierro de Ollargan y las de Begoña de la margen contraria, y ser recorrido por el camino de Orduña, que comunicaba el puerto de Bilbao con la meseta castellana y la ribera del Ebro.En el tráfico mercantil con las tierras del interior, dicho camino era el de mayor tradición e importancia histórica. Partía del centro bilbaíno y discurría en dirección al llamado boquete de Ollargan, paso estrecho y peligroso. Con las obras de mejora realizadas en el siglo XVIII, se evitaba dicho paso por Miraflores y el puente nuevo de Bolueta, para llegar después a Arrigorriaga por Venta Alta y seguir el curso del Nervión.

Dicho factor, unido al aprovechamiento del bosque y del caudal del río y las minas(Miribilla y Ollargan), favorecieron la existencia de potentes ferrerías en el entorno de este barrio. Junto a éstas, se situaban aguas arriba de la villa los molinos, para así aprovechar la fuerza motriz del río, presas y saltos de agua. Esta industria tradicional atendía también la demanda de la población urbana bilbaína, finalidad con la que nacieron en 1794 los hornos y panadería del Pontón (Miraflores).

Durante el primer tercio del siglo XIX se asiste a un período de crisis y desindustrialización. Molinos y ferrerías quedan obsoletos. Pero, al tiempo surgen los primeros intentos de renovación y modernización, nuevas iniciativas que en ocasiones reaprovechan aquellas viejas instalaciones: la siderurgia Santa Ana de Bolueta (1843), la Fábrica de Lencería de Miraflores (1845), las fábricas de harinas de Juan Cruz Artiach y la de vidrio y cristalería Nuestra Señora de la Piedad (1844), entre otras.

Ya por estas fechas comienza la extracción de mineral en los yacimientos del coto bilbaíno, aunque las minas de Bilbao fueron de menor protagonismo que las radicadas en Triano. La extracción de mineral comenzó primero en la zona de Ollargan, en terrenos propiedad de Santa Ana de Bolueta. Josefa, Malaespera, Sílfide, Julia, Abandonada son los nombres de las principales minas que se explotaron en La Peña y sus alrededores. J. C. Levisson y la familia Lezama Leguizamón figuran entre sus propietarios.

En 1863 se inauguraba el ferrocarril Bilbao-Tudela, que atravesaba este barrio y ponía en contacto el puerto de Bilbao con la meseta castellana y la ribera del Ebro, como el antiguo camino. Daba comienzo el proceso de industrialización moderna, del que resultó la configuración de un “anillo” industrial en torno al centro bilbaíno en los barrios de Begoña, La Peña, Irala, Basurto, Olabeaga y Deusto. En La Peña, a principios del siglo XX, se crea un significativo asentamiento industrial que se caracteriza por enlazar con la tradición. Junto a las dos principales sociedades, Barbier Hermanos, dedicada a la fabricación de alambres y puntas, y Power, a los sacos y tejidos de yute, convive una amplia gama de talleres vinculados al papel, metalurgia, pinturas y droguería, cepillos, pastas alimenticias y cognac.

Entretanto, en la isla de San Cristóbal de este barrio, hoy en día desaparecida, se construye la maquinaria destinada al abastecimiento de aguas de la villa y a la producción de energía eléctrica para el alumbrado público, según proyecto de Ernesto Hoffmeyer. Elevaba agua mediante bombas al depósito de Miraflores (1886).

La Peña alcanza su consolidación en la segunda expansión industrial de mediados del siglo XX, con la recepción de inmigrantes que llegaron atraídos por las ofertas laborales que generaba el eje fabril de la Ría de Bilbao. Tras esta fase de expansión, llega la crisis económica y urbana, y como problema añadido, las consecuencias devastadoras de las inundaciones de agosto de 1983. La Peña es uno de los barrios más castigados, dada su localización a orillas del río. En adelante, es objeto de una profunda remodelación urbanística, modernización de infraestructuras de comunicaciones y ampliación de equipamientos, que han cambiado la fisonomía del barrio y la vida de sus habitantes.

 

Susana Serrano Abad

Bibliografía

    Enríquez, J. y Sesmero, E. Bilbao medieval, Bilbao, Librería anticuaria Astarloa, 2000; García Camino, I. “Bilbao: de la prehistoria a la fundación de la villa” en Bidebarrieta I Symposium: 700 Años de Memoria, I (1996), pp. 67-98; Serrano Abad, S. “La Peña en la memoria histórica del Bilbao contemporáneo” en Bilbao y sus barrios: una mirada desde la historia, Bilbao, Ayuntamiento de Bilbao, 2007, Vol. 4 pp. 45-87.