La fiesta de Santo Tomás, uno de los doce apóstoles de Jesús, se celebra el 21 de diciembre, aunque poco o nada tiene que ver con la religión.

El origen de esta feria se remonta a la costumbre de los caseríos bizkainos. Estos eran arrendados a campesinos que cada fin de año debían pagar las rentas a los dueños de las fincas. Así, con la Navidad cerca, los baserritaras se acercaban a Bilbao para ofrecer a los señores los mejores productos de su huerta y de sus animales, y aprovechaban el viaje para vender su género a los habitantes de la Villa en los soportales de la Plaza Nueva.

Con el tiempo, esta costumbre se convirtió en tradición y en 1915, al músico y escritor costumbrista D. Félix García Arceluz –más conocido como Klin-Klón–, se le ocurrió la idea de organizar un gran mercado. Desde 1947 la BBK organiza la feria de Santo Tomás que cuenta con cientos de puestos de verduras, frutas y productos artesanales repartidos por la Plaza Nueva y el Paseo del Arenal. También hay exposiciones de animales de granja y actuaciones de bertsolaris, txistularis y txalapartaris.

Aún sin perder ese carácter ferial de sus orígenes, desde hace unos años se ha convertido en una gran fiesta en la que miles de bizkainos de todas las edades se reúnen en cuadrilla o familia, como antesala de la Navidad, para degustar los productos típicos de este día: la sidra y el talo con chorizo.


Ale Ibarra Aguirregabiria