Entre las políticas que el ayuntamiento impulsó para crear un relato único de lo ocurrido con el golpe de estado y posterior guerra civil, la creación de “lugares de la memoria” a través de monumentos, cambios de nombre en el callejero o conmemoraciones fueron algunas de las más importantes. Uno de los monumentos que se realizaron durante el franquismo para honrar la memoria de los muertos de su bando fue el Panteón de los Soldados del cementerio de Vista Alegre Derio.

El Panteón de los Soldados es una sepultura con un conjunto escultórico situado en la parte derecha de la galería porticada situada en el entorno de la entrada principal al cementerio, en la manzana 30. El proyecto se planteó por vez primera en 1939, cuando el ayuntamiento concedió a la Comisión Liquidadora de Frentes y Hospitales la autorización para colocar en la mencionada zona cuatro estatuas y 201 cruces en honor a los caídos del bando franquista no reclamados por sus familiares. 

Sin embargo, hasta el año 1955 no se colocaron las estatuas y cruces. En abril de ese año se informó al alcalde Joaquín Zuazagoitia de que el panteón estaba siendo finalizado. Las estatuas representaban a cuatro soldados del bando vencedor de la contienda, y estaban en las cuatro esquinas del bloque que constituía el panteón propiamente dicho. Tenían una altura de 205 cm. y se erguían sobre bloques de 75 cm. Estaban uniformados y llevaban casco. El panteón tenía una cruz en el centro y un farol de metal en cada esquina. Se leía la inscripción “Caídos por Dios y Por España. R.I.P.”. 

El seis de agostos de 1955 fueron trasladados 209 restos al panteón, si bien a día de hoy quedan 200, ya que nueve fueron reclamados por sus familiares. Los restos se introdujeron en cajitas de zinc sufragadas por el consistorio bilbaíno. 

En mayo de 2012 el Ayuntamiento aprobó la retirada de la placa antes mencionada. El Panteón de los Soldados fue desmontado el 5 de junio de 2017 en cumplimiento de la Ley de la Memoria Histórica. Las estatuas desmontadas se conservan en instalaciones del cementerio. 

Aritz Onaindia