El puente de la Ribera, conocido también como puente de San Francisco, es uno de los puentes que unen los dos márgenes de la Ria en Bilbao. Destruido durante la guerra civil, fue reconstruido por la dictadura franquista y renombrado como Puente Coronel Ortiz de Zárate. Este puente existía desde el siglo XV junto al convento de San Francisco.

Una vez que el régimen franquista se instauró y tomó el control de la ciudad, la reconstrucción se convirtió en la necesaria prioridad del primer alcalde franquista de Bilbao, José María Areilza. Sin puentes, los dos márgenes de la Ria quedaban desconectados, por lo que una de las primeras decisiones del ayuntamiento fue acometer su reconstrucción.

El Ayuntamiento utilizó dicha reconstrucción como método propagandístico, presentándose a sí mismo como representante de un nuevo régimen constructor, reparador, frente al caos y la barbarie republicanas. Por ello, se cambió de nombre a los puentes de la villa, con la excepción del puente de San Anton. En el caso que nos ocupa, se renombró con el nombre de Coronel Ortiz de Zárate, en homenaje al teniente coronel que estaba al mando del Regimiento de Infantería de Garellano, de guarnición en Bilbao, cuando el intento revolucionario de 1934. Murió al frente de las columnas navarras en Guipúzcoa, el 11 de agosto de 1936.

La reconstrucción corrió a cargo de la Oficina Técnica de Puentes Fijos, creada el 24 de junio de 1937 para realizar el proyecto y sacarlo a concurso público. La velocidad con la que se llevó a cabo es una muestra de la importancia que el régimen le daba, tanto en el sentido práctico como simbólico. Las obras se adjudicaron a la empresa “Eguinoa Hnos.”, junto a “Sociedad General de Obras y Construcciones” y “Arregui Constructores”. Su coste fue de 363.042 pesetas, y fue inaugurado un año después de la llegada de las tropas franquistas, el 19 de junio de 1938, ya con José María González de Careaga como alcalde.

Fue proyectado por el arquitecto Fernando Arzadún. Es un puente peatonal de piedra que realiza una curva con escalera y dispone de una barandilla de metal que delimita sus márgenes. El nombre Ortiz de Zárate se mantuvo hasta la llegada de la democracia. Fue en el año 1980, con Jon Castañares como alcalde de Bilbao, cuando pasó a llamarse con la nomenclatura actual de Puente de la Ribera.


Antón Pérez