En el año 1785 se creó en Bilbao un sistema organizado para el transporte de heridos, destinado exclusivamente al transporte en camilla de las personas rescatadas de la Ría. Los accidentados en el trabajo o en la calle, cuyo número era muy superior al que podríamos suponer si tomáramos en consideración la lentitud del tráfico de bestias, carros o narrias, propio de las calles de la Villa hasta épocas recientes, eran recogidos por las personas próximas y trasladadas en volandas o sobre un carro a la farmacia más próxima, al Hospital de Atxuri o a su propio domicilio.

Durante las guerras napoleónicas el barón Domenique Jean Larrey (1766-1842), Cirujano Mayor de los ejércitos de Napoleón, creó las llamadas “ambulancias volantes” que se movilizaban detrás de la tropa, levantando a los heridos y trasladándolos a retaguardia.Pronto este transporte comenzó a ser también aplicado a los heridos civiles.

La primera noticia que tenemos de su implantación en Bilbao data de febrero de 1890, cuando tuvo lugar la recepción definitiva de cuatro carros camilla encargados por la Policía Municipalpara el transporte de heridos y beodos. Fueron construidos por el contratista Cecilio Bugedo con un coste de 1.843 ptas.

En 1893, el manejo de las ambulancias fue encomendado al cuerpo de recogedores de cadáveres, llamados a partir de entonces”camilleros”. No contaban con tracción para sus carros-ambulancia. El municipio contrataba para ello algunos coches de alquiler. El jefe del grupo de camilleros era quien recibía los avisos, bien en la caseta de los camilleros (sita en las proximidades del Hospital en Atxuri), bien en su propio domicilio; debía, después, llamar al cochero, mandar a los camilleros que unieran el tiro al carro ambulancia  y partir a la búsqueda del enfermo o herido a trasladar.

En 1919 se adquirieron,de segunda mano, los dos primeros vehículos a motor, marca PanhardLevassor, de 15 caballos, fueron adquiridos a la casa Asensio Ercoreca en un precio de 12.000 ptas. Los camilleros se trasladaron a los nuevos locales del Servicio de Desinfecciones, al que iban a quedar unidos. Un grupo de cinco o seis chóferes se turnaba para mantener siempre a dos en servicio, uno siempre listo para atender a una urgencia. Compartían la conducción de la ambulancia con la de las furgonetas de desinfecciones. Junto a ellos, los fumigadores-camilleros que realizaban tanto las funciones de desinfección como la de transporte de enfermos y heridos. Su número fue aumentando desde los 10 iniciales hasta 24 en 1980.

Hacia finales de los años 70 se fue extendiendo por el mundo un nuevo concepto de lo que debía ser un buen servicio de ambulancia: ya no se buscaba sólo un “traslado rápido y en buenas condiciones”, sino que fuera capaz de prestar una asistencia de urgencia y efectuar después el traslado. Entre los años 1983 y 1987, se efectuó un reforma del servicio apoyada en nuevos conceptos:

 ·         Transformación de los camilleros en Asistentes Sanitarios de Ambulancia, “ASA”.

·         Incorporación de un Diplomado de enfermería en cada turno, 6 en total, preparado para prestar una asistencia de urgencia a un mayor nivel.

·         Creación de una dirección médica, encargada de la formación del personal y de la preparación de protocolos asistenciales.

·         Adquisición de nuevos vehículos, equipados con modernos medios de transporte y de asistencia de urgencia.

 En la actualidad forman parte del Área de Seguridad del Ayuntamiento, junto a bomberos y Policía Municipal. 

Juan Gondra Rezola