Agrupación vocal fundada en 1886; la más veterana y emblemática de la Villa hasta nuestros días.

Su origen se remonta a un grupo de jóvenes aficionados que, en la década de 1880, interpretaba música religiosa y serenatas estivales bajo la dirección de Cleto Alaña. El mismo músico organizó un “Orfeón Bilbaíno” de voces masculinas que pudiera competir en las Fiestas Euskaras de Durango de 1886. Tras obtener el Primer Premio en dicha convocatoria, este orfeón se constituyó formalmente como Sociedad Coral de Bilbao. Fue su primer director el maestro Cleto Zavala, formado en Italia.

La nueva entidad recibió apoyos de la burguesía local y un buen número de artistas. Desde sus primeros años, logró importantes premios en San Sebastián, Madrid, Barcelona, San Juan de Luz y Burdeos. En 1893 se creó una sección infantil en su seno; en 1905 la Coral pasó a convertirse en formación mixta, y en 1920 absorbió al también bilbaíno Orfeón Euskeria. En 1917 inauguró su histórica sede, adyacente al Coliseo Albia, que desde 1973 albergó también un Conservatorio de música. Estas dependencias fueron trasladadas a la Casa de Misericordia en 2003.

Tras Zavala, fueron sus directores los carismáticos Aureliano Valle (1889-1912), organista de la basílica de Santiago, y Jesús Guridi (1912-1923). A ellos les sucederían Jesús Arámbarri, José María Olaizola, Rafael Frühbeck de Burgos, Urbano Ruiz Laorden y Gorka Sierra, entre otros.

Una de las aportaciones artísticas más sobresalientes de la Sociedad fue su decisivo impulso al teatro lírico vasco, a partir de 1909. Gracias a su iniciativa se produjeron, en 1910, Mirentxu, de Guridi, y Mendi-Mendiyan, de Usandizaga, entre otros títulos emblemáticos. El estreno de la ópera Amaya, del propio Guridi, en Bilbao (1920) y Madrid (1923) supuso la culminación de estos esfuerzos, continuados luego de forma ocasional (Gernika, de Francisco Escudero, en 1987). Junto a estas empresas, cabe destacar la participación en diversos estrenos nacionales (Réquiem alemán de Brahms (1913), Carmina Burana de Carl Orff (1959), Réquiem de Ligetti (2003), etc.), y en la ópera Medea, de Mikis Theodorakis, ofrecida como primicia mundial en el Teatro Arriaga (1991). Su labor ha sido reconocida con una Medalla de Oro del Ministerio de Cultura, Medalla de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y Medalla de Oro de la Villa de Bilbao.

Mario Lerena