El Banco de Vizcaya se constituyó el 26.03.1901. Contaba en su consejo de administración con reconocidos miembros de la elite empresarial del momento. Este banco no sólo se planificó como instrumento de crédito y descuento de efectos, sino también como agente financiero, actividad que pronto tendrá como centro de atención el sector eléctrico –por eso le llamaron el banco de las eléctricas- como la Hidroeléctrica Ibérica, y luego Hidroeléctrica Española, Electra del Viesgo, etc., pero también en otros sectores como los transportes (Metro de Madrid), inmobiliarias (Gran Vía de Madrid,…), empresas industriales (Firestone), seguros, etc.

El Banco de Vizcaya nació desde sus primeros tiempos con una prudente política que le hizo consolidarse pronto como un valor seguro. No es casualidad que fuera así por cuanto integró en su operativa la de una banca particular de solera en Bilbao como fue la Casa Jacquet e hijos. Así, de los 15 millones de capital escriturado en su fundación, a fines de 1901 ya se había desembolsado 3.750.000 pts. que invirtió en valores seguros: pagarés garantizados, obligaciones, algunas deudas nacionales y extranjeras y reducidas partidas de acciones. Pero esta política fue variando al extender sus actividades no sólo al crédito y descuento sino a la promoción económica con la tendencia común en el país de creación de bancos mixtos, con una elevada proporción de títulos privados en su cartera. Pronto, a través de operaciones de cartera, préstamos a largo plazo o la formación de redes de consejeros comunes, fueron constituyendo holdings que gestionaban sus intereses en un variado espectro de empresas incluso, como en el caso del Banco de Vizcaya, con  una  especialización en el sector eléctrico.

En 1903 se fusionó con el Banco Vascongado, con lo que trasladó sus oficinas a la Gran Vía 1, y en 1915 integró definitivamente al absorberla a la casa de banca C. Jacquet e hijos de Bilbao. Al poco tiempo de su constitución organizó una Caja de Ahorros y creó 15 agencias en Bizkaia y una en Castro Urdiales.

El Banco de Vizcaya abrió su primera sucursal en Madrid en 1918, mediante la adquisición de la Banca Luis Roy Sobrino, y en 1921 abrió otras en San Sebastián, Barcelona y Valencia (por absorción de sucursales del London County Westminster), seguidas por otras que le permitieron tener, antes de la Guerra Civil una tupida red comercial en Bizkaia, Gipuzkoa, Levante y Cataluña. En 1935 tenía ya setenta y cinco sucursales y ciento veinticinco agencias.

Tras la Guerra Civil, la limitación de la competencia que impidió de facto la creación de nuevos bancos y la ampliación de redes comerciales de los ya existentes forzó a los bancos a crecer por medio de la adquisición de los ya existentes, así el Vizcaya adquirió la Banca Palacios en Logroño (1958) y la Banca Vilella (1968) en Cataluña.

En 1956 tenía 86 sucursales, 65 agencias urbanas y 109 agencias de pueblo. De su inicial capital social de 15 millones de pesetas, había pasado en 1956 a 300 escriturados y desembolsados, de los cuales 57 habían sido liberados con cargo a los beneficios. Su cartera de valores, excluidos los fondos públicos, ascendían a un millón cuatrocientas mil pesetas en 1901 y llegaban a los 1.586 millones en 1955. Los dividendos repartidos en 1901 fueron 112.507 pesetas y en 1955 llegaron a 49.400.000 pesetas. Sus beneficios líquidos crecieron con fuerza a partir de l940. La autarquía fue también una etapa de promoción de empresas en sectores claves como el textil, el papelero y el inmobiliario (Vacesa), para lo que creó Indubán (sobre la ficha del Banco Hispano Suizo, creado en 1920, y pasó a ser Banco Industrial con la legislación al efecto, de 1962, aunque no tuvo el pleno control de su accionariado hasta 1976) como banco exclusivamente industrial y ya en los años sesenta y setenta abrió oficinas en México, Nueva York y posteriormente en Ámsterdam y Londres. Durante los años setenta, la red del Banco pasó de 305 a 904 oficinas, instalando además oficinas operativas en París y San Francisco, y oficinas de representación en Frankfurt, Tokio y Río de Janeiro. Muestra de la expansión del banco en esta época fue la sustitución de su vieja sede por una edificio nuevo, construido en un solar anejo, inaugurado en 1969 y que fue el edificio más alto (con 88 metros) de Bilbao hasta la construcción de la Torre Iberdrola en 2011.

Desde fines de los años setenta, con la crisis económica que afectó a sectores muy vinculados a la banca vasca (siderurgia, astilleros, bienes de equipo, construcción,…), con el mercado único en perspectiva, una creciente competencia de las cajas de ahorros –que con la Ley de 1977 ya casi no se diferenciaban en su operativa de los bancos– y de la banca extranjera, y en medio de una grave crisis bancaria, se aceleró la necesidad de adaptación. Por ello se llevó a cabo la separación de las actividades industriales de las puramente bancarias, con la formación de las corporaciones industriales de los bancos o incluso con la pura desinversión industrial, y, sobre todo, el creciente proceso de adquisición bancaria. Aprovechando la crisis bancaria adquirió el Banco de Crédito Comercial (1980), el Banco Meridional y Banco de Préstamo y Ahorro (1981), el Banco Occidental (1982) y Banca Catalana (1984).

El 27 de enero de 1988 se firmó el protocolo del acuerdo de fusión con el Banco de Bilbao. El Banco Bilbao Vizcaya se constituyó a efectos jurídicos el 1 de octubre de aquel mismo año en el Registro Mercantil de Bizkaia. El Banco de Vizcaya contaba por aquel entonces con 3,2 billones de pesetas de activo, y el Banco de Bilbao, por su parte, con 5,2 billones de pesetas.

El 19 de octubre de 1999 el BBV adquirió Argentaria (producto de la concentración de la banca oficial) para formar BBVA.


Eduardo J. Alonso Olea