Ebaristo Bustintza, Kirikiño nació en Mañaria en 1866. Sus primeros estudios los realizó en su pubelo natal y en Durango. En 1878 su familia emigró a Almansa, Albacete. Allí realizó sus estudios de bachillerato y cinco años más tarde se encontraba en Madrid cursando una carrera de Ingeniería, que pronto cambió a Ciencias Físicas y Matemáticas. 

Tras una corta estancia en Sigüenza, recaló en Bilbao en 1899, respondiendo a la llamada de Resurrección María Azkue. A la vez que trabajaba en la empresa “Sociedad Minera de San Antonio de Montellano” ayudaba a Azkue en la edición de sus múltiples iniciativas culturales, como en la edición de la revista Euskalzale en la que publicó su primer trabajo: “Zerutar bat”. Dirigió la revista Ibaizabal en el bienio 1902-1903.  Ayudó a Azkue en la enseñanza de su cátedra de euskara, para ostentar más tarde el cargo de profesor de euskara durante 24 años. En 1909 se casó con su sobrina Basili Bustintza.        

Kirikiño se vio en medio de dos corrientes sobre la utilización de la lengua. Los nacionalistas sabinianos, sobre todo en Bilbao, utilizaban un euskara purista, que se alejaba tonto en el léxico, como en la morfología del verbo, del habla común. Por otro lado, existía la creación literaria que tenía en cuenta el uso cotidiano, de los posibles lectores. La mayor virtud de su trabajo literario consiste en la elección de un lenguaje cercano al hablado, separándose de la impronta neologista que era de obligado cumplimiento entre los nacionalistas. Un ejemplo de su actitud fue la polémica de 1919 en la que toma parte en el momento de la creación de Euskaltzaindia/ Academia de la lengua vasca. En opinión de algunos escritores vascos, sus normas debían ser de obligado cumplimiento. Kirikiño respondió con un artículo en el que  justificaba en su independencia y criterio el registro del euskara en sus textos. De esta forma en 1920 no secundó la proposición de Azkue de formar parte de la Academia de la Lengua.

Una de sus trabajos más importantes fue la de columnista del diario Euzkadi, donde cada día publicaba un artículo bajo el epígrafe de “Egunekoa” [“Lo cotidiano”, con comentarios sobre la actualidad. Su obra periodística es muy vasta y no ha sido recogida hasta hace muy poco.

Sus narraciones costumbristas se publicaron en dos libros: Abarrak [Ramillas] (1918), y Bigarren abarrak [Segundas ramillas] (1930). Dos compilaciones de narraciones breves, costumbristas, humorísticas, relatos de la vida cotidiana del entrono rural. El autor pretendió una serie de narraciones breves que animaran a un público lector que se iniciaba en la lectura en euskara.

Más tarde Santiago Onaindia publicó las dos obras en Abarrak eta abar [Ramillas y otros textos] (1966), en conmemoración del centenario del nacimiento del escritor. Además de los dos libros, editó textos que el autor dejó esparcidos en las revistas en las que colaboró, además recogió otros textos desconocidos. A partir de 1981, bajo la dirección y edición de Javier Perea, el Instituto Labayru publica una serie de libros que recogen temáticamente la amplia producción del autor en el diario Euzkadi.   La selección Egunekoa [“Lo cotidiano”] (1981) resultó la primera entrega de la  que ya se conocen los siguientes títulos: Edo geuk edo inork ez. Euskeraren alde [O nosotros o nadie. En defensa  del euskera] (1984) y Guda Nagusia (1914-1918) [“La gran Guerra. 1914-1918) (1989) una amplia visión sobre los efectos devastadores de la I Guerra Mundial. La colección ha seguido publicando algunos de los 16 tomos que ha compilado Javier Perea con los artículos publicados por Kirikiño en Euzkadi: Aberriaren alde. Artikulu politikoak [A favor de la patria. Artículos políticos”](2005). Bizkaia begietan (1913-1928) [Bizkaia en los ojos. 1913-1928] (2007)

Jon Kortazar