El chalet Allende, también conocido como Casa Arróspide, es un edificio exento que queda como uno de los pocos testimonios arquitectónicos del área urbana de Indautxu, que estuvo poblada durante una época por numerosas mansiones residenciales de la burguesía bilbaína. Está ubicado en la confluencia de las calles Simón Bolívar y Aureliano Valle y fue proyectado en 1910 por el arquitecto cántabro Leonardo Rucabado como residencia de la familia Allende.

Indautxu fue precisamente el principal núcleo donde fue desarrollando gran parte de sus proyectos la denominada “Segunda Generación del Ensanche”, a comienzos del siglo XX en los terrenos propiedad de los Allende.

Supone una interesante muestra de la arquitectura montañesa, con los elementos constructivos que la definen: fachada en piedra y ladrillo con entramado de madera, soportal de acceso, solanas, espolones, molduras y torre en esquina, con amplios aleros.

Dispone de semisótano, acceso mediante una escalera exterior hasta la planta primera,  porche de trazado semicircular. En sus orígenes la entrada comunicaba con un despacho y un gabinete a ambos lados, y a través del hall se distribuían el resto de dependencias (comedor, office y aseo), comunicando mediante una escalera a las plantas superiores de habitaciones.  

La imagen exterior transmite el interés de sus propietarios por mostrar su estatus social. Se diferencia un amplio zócalo, que abarca la planta de semisótano y la planta primera en la que los vanos están resueltos con arcos rebajados, siendo adintelados en las dos restantes. Destaca en la composición la torre en esquina con escudo de armas. Y en el jardín que lo rodea queda todavía en pie una palmera, que contribuye a su identificación visual.

El crecimiento urbanístico de la zona ha rodeado su entorno inmediato de edificaciones en atura que limitan y condicionan su expansión. Ha tenido diversos usos entre ellos como dependencias del Rectorado de la Universidad del País Vasco.

Leonardo Rucabado, arquitecto e ingeniero, fue discípulo de Severino Achúcarro, con quien colaboró en varias obras en Bilbao y en Castro Urdiales, representante y referente de la arquitectura montañesa.

Proyectó otras edificaciones en Indautxu utilizando variados lenguajes arquitectónicos: entre las más destacadas la iglesia del Carmen (neogótico), el chalet Ocio (modernismo), y el chalet mansión Escauriaza (con influencias alemanas y austriacas), todas ellas  demolidas. 

 

 


Francisco J. García de la Torre y Bernardo I. García de la Torre