Edificio de uso docente ubicado en el Casco Viejo, sobre la margen derecha de la Ría, en la esquina de las calles Ribera y Santa María. Construido en 1918 según proyecto del arquitecto Ricardo Bastida sobre un solar triangular de escasas dimensiones, lo que condiciona la solución arquitectónica.

La gran escasez de plazas escolares en la ciudad a comienzos del siglo XX y las malas condiciones de las existentes suponía un grave problema que se agudizaba aún más en el Casco Viejo. Los terrenos que Bastida -técnico municipal entonces- consideraba los más adecuados tenían un alto coste. Así que tuvo que desarrollar su proyecto sobre este solar en esquina adquirido por el Ayuntamiento, desarrollando un equipamiento escolar en el que da forma a algunas de sus inquietudes arquitectónicas.

La iluminación natural y la correcta ventilación marcan las directrices básicas para el arquitecto en los proyectos de escuelas en los que participó, así como la disminución del número de alumnos por aula o la habilitación de espacios de esparcimiento –situados en este caso en la cubierta en forma de terraza debido a las reducidas dimensiones del solar-. Tras varios viajes por países europeos Bastida recoge su experiencia por este tema en un ensayo titulado “La arquitectura escolar”.

En las Escuelas Múgica la distribución interior se resuelve con un patio central y galerías de distribución, disponiendo las aulas orientadas hacia la calle, con amplios ventanales, predominando en las fachadas el hueco sobre el macizo. El edificio ha sido rehabilitado en la segunda década del siglo XXI por el estudio Bilbao y Gallastegi Arquitectos.


Francisco J. García de la Torre y Bernardo I. García de la Torre