Este proyecto de ampliación del museo del Parque que se había inaugurado en 1945 pero que ya habían transcurrido más de 20 años, se había quedado exiguo de espacio, por lo que necesitaba de una remodelación y una ampliación de superficie. Entre la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Bilbao habían conseguido reunir muchas obras de arte de las que querían hacer partícipes con amplias salas de exposición a los ciudadanos. Bilbao con los años se había convertido en un mercado con futuro para los artistas dada la cantidad de exposiciones que tenían lugar. Todo fue consecuencia del buen momento económico y el que la pinacoteca se fuera haciendo con nuevos fondos dada la cada vez mayor inquietud artística de la burguesía local.

 Se ha de constatar dentro de una serie de proyectos culturales apoyados en las perspectivas económicas suscitadas con el II Plan de Desarrollo Económico y Social. Uno era la ampliación del museo de Bellas Artes y el otro el Museo Histórico de Bizkaia. Para Fernando Ybarra, presidente de la Diputación, sería consecuencia de la sensibilidad hacía el arte de los vizcaínos en general y de los bilbaínos en particular y que serviría como centro expositor al público y de promoción de la cultura vizcaína.

 Si bien el proyecto inicial le fue encomendado al arquitecto municipal German Aguirre del cual aparecieron varios bocetos en prensa, finalmente le fue confiado a dos arquitectos Álvaro Líbano –el mismo Líbano del proyecto de la SEAT en Deusto o de las colaboraciones en edificación escolar en Txurdinaga con Juan Daniel Fullaondo- y el arquitecto del ayuntamiento de Bilbao, Ricardo Beascoa. La zona museal la plantearon constituida de una sola planta tensada sobre pilares, lo que le permitía debajo de ella que los jardines del parque se enlazasen sin solución de continuidad. La planta sería en forma de L dando lugar a dos naves, grandes y cerradas, con muros ciegos y una fachada corrida de cristal con una iluminación natural fundiéndose la de la fachada con la cenital lograda mediante una techumbre acristalada. Utilizaron incluso paneles de chapa metálica.

 Fue este proyecto de ampliación inaugurado en el mes de Septiembre de 1970 coincidiendo con la IV Asamblea de Instituciones Culturales de las Diputaciones.

 No obstante, el museo además de su importante labor expositiva tuvo otras facetas de mayor trascendencia no solo artística sino que también cultural y social. Los ciclos culturales que organizaba el museo en donde tomaron la palabra arquitectos como Miguel Fisac, Fernando Chueca Goitia, críticos de arte como Cirici Pellicer o teóricos como Victor D´Ors. Además de estos ciclos, se sucedieron  una serie de secciones de divulgación arquitectónica con exposiciones, conferencias y proyecciones sobre Le Corbusier o el Bauhaus. En los que participaron Luis Lázaro profesor de historia del arte de la Universidad de Deusto, el arquitecto Félix Iñiguez de Onzoño, Martín Kramper profesor de la Escuela Superior de Estructuración y Planificación de la ULM, el historiador Alexander Cirici o el arquitecto Gillo Dorfles, entre otros.Si este proyecto de Líbano destacó porque resultó una nueva lectura de la obra de Mies van der Rohe.

Luis Bilbao