José María Areilza Martínez

[ Portugalete (Bizkaia), 03.08.1909 - Madrid, 22.02.1998 ]
Alcalde de Bilbao 26.06.1937-24.02.1938

José María Areilza nació en Portugalete el 3 de agosto de 1909, en el seno de una familia noble de dicha villa, donde trascurrieron su infancia y juventud.

Estudió la carrera de Ingeniería Industrial en la Escuela de Ingenieros de Bilbao y Derecho en la Universidad de Salamanca. Una vez finalizados sus estudios de ingeniero, inició su actividad política en Juventud Monárquica, con oficina en la bilbaína calle de la Ribera. Cuando es fundado, en 1931, el partido Renovación Española fue nombrado presidente de éste en Bizkaia.

En 1936, ante la evidencia de la guerra y tras ocultarse, José María Areilza huye de Bilbao. Entretanto, es condenado por el Tribunal Popular de Bilbao bajo la acusación de ser uno de los jefes de la conspiración en Bizkaia. Se pone a disposición de las autoridades franquistas, recorre Burgos, Valladolid y Salamanca y actúa en los contactos que condujeron finalmente a la unificación de las diferentes tendencias nacionales en Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS) en abril de 1937. En junio de ese mismo año asiste a la toma de Bilbao y el día 21 es nombrado, por el Gobernador civil, Alcalde de la capital vizcaína. Tras la Alcaldía bilbaína, se inicia una nueva etapa política para José María Areilza, la de su participación en la constitución del nuevo régimen y el Movimiento Nacional. 

José María Areilza fallece el 22 de febrero de 1998 en su residencia de Somosaguas (Madrid). Es enterrado en la tierra de los mayores de su esposa, en Mutriku, junto a ella y demás familiares, en una ceremonia íntima. El 24 de noviembre de ese mismo año la Sociedad “El Sitio” de Bilbao le rinde homenaje póstumo.

Es en el contexto de guerra, de la guerra recién concluida en Bilbao y en la provincia vizcaína, pero aún en curso en diversos frentes del territorio español en el que se sitúa la actuación de José María Areilza al frente del Ayuntamiento. El 19 de junio de 1937 las tropas del general Fidel Dávila entran en Bilbao, última fase de la conquista de Bizkaia. Pero la guerra en España no finaliza hasta el 1 de abril de 1939. De manera que se impone la reconstrucción de la villa bilbaína, como pura necesidad para retomar el ritmo de la vida ciudadana y de la actividad económica, vital ésta, por otro lado, para los intereses de los vencedores que han pasado a controlar esta zona. Pero, asimismo, factores políticos de orden supramunicipal determinarán el talante y la gestión de la nueva corporación municipal, que tendrá en su alcalde a un fiel aliado, servidor de la política del régimen franquista.

El 24 de junio, tres días después de la constitución del nuevo Ayuntamiento de Bilbao, éste acuerda en sesión extraordinaria la inmediata rehabilitación de los puentes fijos destruidos durante la guerra. Previamente, ingenieros del Ejército habían restablecido el tráfico entre las márgenes de la ría mediante puentes militares, que prestarían un servicio provisional. Es el primer paso dado por el Ayuntamiento para la reconstrucción de Bilbao tras la guerra. A partir del 13 de julio, en que se publica el anuncio oficial del concurso público de ejecución de obras del puente de San Antón, van aprobándose los demás proyectos y saliendo sus respectivos concursos. Es de urgente necesidad restablecer las comunicaciones entre ambas márgenes para que la ciudad recupere el ritmo de sus actividades. Con este fin se organiza, bajo la dirección de la Comisión de Fomento que preside José María Careaga, la Oficina Técnica de Puentes Fijos y la Oficina Técnica de Puentes móviles, quedando comprendidos en la primera el puente de San Antón, el puente San Francisco, el puente de la Merced y el puente del Arenal, y en la segunda, el puente de Buenos Aires y el puente de Deusto.

El 21 de junio de 1937 y de acuerdo con la normativa que fue emanando de la autoridad constituida en el bando franquista, el Ayuntamiento presidido por José María Areilza inicia la labor depuradora municipal, como disponía el Decreto nº 108, contra quienes colaboraron y actuaron con “los rojos separatistas”, abandonaron su puesto y/o sustentaron “ideas manifiestamente enemigas del Movimiento Salvador de España”. Cinco meses después, en noviembre de 1937, la comisión depuradora al servicio del Ayuntamiento daba por terminado el proceso de depuración del personal municipal, cuyo resultado en cifras era: 1.684 funcionarios de plantilla sometidos a expediente, cantidad que se elevaba a más de 2.000 teniendo en cuenta a los eventuales, 682 funcionarios destituidos, 315 funcionarios sancionados con suspensión de sueldo y 387 restituidos. En relación con los funcionarios de plantilla, los destituidos suponían un 59% y el de destituidos y sancionados conjuntamente el 77%.

Desde la toma de posesión de su cargo, es reiterada la presencia de José María Areilza en la vida pública y ciudadana, como representante y garante de los valores de la Nueva España, Dios, Patria, Caudillo, Ejército. Los actos y homenajes van a inundar la vida pública y ciudadana durante los meses que siguen a la liberación de Bilbao. El nuevo orden se va instaurando en la vida pública y ciudadana también mediante otros signos; es inmediato el cambio de los nombres de calles y plazas o la presencia de bandera nacional, ondeando en edificios y actos públicos, también en fiestas locales y patronales. Más aguda es aún la labor que realiza José María Areilza en el campo de la educación escolar con fines aleccionadores. Impone en las escuelas bilbaínas el crucifijo y la bandera, que presidirán las aulas junto al retrato de la Inmaculada y del Caudillo. Asimismo, el 10 de febrero de 1838 promulga un decreto sobre educación por el cual se obliga al uso del uniforme oficial en los días de fiesta, así como a la educación premilitar, a la que se destinará media hora en cada una de las sesiones de la mañana y de la tarde para establecer una disciplina perfecta al estilo militar. Ese mismo mes el Ayuntamiento aprueba la confección de programas de enseñanza municipal, inspirados en los principios que informan de la Nueva España, y la creación de las Huchas de Sacrificio, a fin de fomentar la solidaridad con los hermanos que luchan en el frente.

En el terreno de la obras públicas cuatro grandes proyectos se hallan en curso durante Alcaldía de José María Areilza: el matadero de Zorroza, la avenida principal del Ensanche de Deusto, el túnel de Artxanda y el aeropuerto de Sondika, proyectos éstos tres últimos estrechamente vinculados y concebidos como estratégicos para la expansión y crecimiento de Bilbao. 

El 24 de febrero de 1938 tomaba posesión de su cargo el nuevo Alcalde de Bilbao, José María González de Careaga, y se despedía a José María Areilza, por haber sido nombrado Jefe Nacional de Servicios de Enseñanza Profesional y Técnica.

Susana Serrano Abad

Bibliografía

     SERRANO, S. “José María Areilza Martínez” en AGIRREAZKUENAGA, J. Y URQUIJO, M. Bilbao desde sus alcaldes. Diccionario Biográfico de los alcaldes de Bilbao y gestión municipal en la Dictadura. Vol III. Bilbao, Ayuntamiento de Bilbao, 2008, pp. 105-146.

Referencias documentales

    A.G.A. Sección Industria, Caja 5439, 6028, 6040; Sección Interior, Caja 2635; A.G.M.S. Sección 1ª, Leg. M-1567/3; A.H.E.B. Parroquia Santa María de Portugalete 0104/001, 0104/002; Parroquia San Vicente Mártir de Bilbao 0742/003, 0999/002, 0999/003, 1002/002; A.U.S. Caja nº 259/30, 3736/22; A.U.Va. Leg. 752-107; El Correo Español, 4.01.1972; Informaciones, 19.04.1975.