Si bien tuvo sus prolegómenos la Feria de Muestras en el año 1931 y prosiguió tras la guerra en 1941 en el Instituto Central, no sería hasta el mes de Agosto de 1957 cuando con motivo de inaugurarse la VIII Feria de Muestras fue adquiriendo con la construcción de dos pabellones su faceta de edificio moderno e instrumento expositor y divulgador. Lo que llamó Isidoro Delclaux un palacio para la industria. Ubicado al final del Ensanche de Bilbao sobre la ría formando un conjunto urbanístico al lado de la Escuela de Ingenieros de Bilbao y el campo de futbol de San Mames. Fue un diseño de los arquitectos Rafael Basterrechea, José Chapa y Francisco Hurtado de Saracho. Uno de los pabellones fue diseñado para la industria ligera y constaría de dos plantas con 130 metros de longitud y 18 de anchura con capacidad para 200 expositores. El de industria pesada, en cambio, contaba con 110 metros de largo y 54 de ancho, sin columnas, sobre un total de 7.400 m2 con capacidad para 456 expositores. Los jardines exteriores también tenían capacidad expositora con 2.500 m2 y un gran estanque. Fue inaugurada por el entonces Ministro de Comercio Alberto Ullastres.

 Este tipo de edificios le conferían a Bilbao un semblante industrial pero moderno, como símbolo del pretendido nuevo Bilbao e instrumento que trasladaría un imaginario innovador de progreso y consumo desconocido hasta entonces en la sociedad bilbaína.

 Esta feria detentaría su faceta de organismo expositor de materiales y de materias primas, de innovadores avances en la industria, en el campo de la construcción, de información, de divulgación de nuevas técnicas y sistemas, además de ejercer de plataforma de las reivindicaciones urbanísticas de las autoridades locales. También sirvió esta feria como lugar de encuentro y contacto entre especialistas, empresarios, industriales, técnicos, comerciales y obreros especializados. Fue además un centro de conferencias técnicas, de proyección de films, con sus stands de información y propaganda. Contaba con catálogos de los productos que exhibían sus múltiples posibilidades y se popularizaban entre una asombrada población que salía del periodo autárquico lleno de penurias.

Una de las facetas qué destacaría de la Feria fue la colaboración que tuvo con la delegación en Bizkaia del COAVN durante el Día de la Construcción por ejercer como plataforma de exposición pero de las teorías, debates y reflexiones suscitados por aquellos técnicos más destacados del momento.

 La Feria de Muestras demostró a lo largo de esos años que fue mucho más allá de ser un mero expositor de la industria, ya que ejerció como plataforma de reivindicaciones urbanísticas, centro de intercambio de ideas, lugar de encuentro, de debates y controversias científicas, sobre la arquitectura, el urbanismo y la construcción contemporáneas.

 

Luis Bilbao