El Teatro Ayala fue inaugurado en 1943 y su proyecto corrió a cargo del arquitecto municipal Pedro Ispizua, responsable de otras realizaciones arquitectónicas características de la Villa, como las escuelas de Torre-Urízar, Atxuri y Luis Briñas, el quiosco del Arenal y el mercado de La Ribera.

El Teatro Ayala tenía el acceso a través de una galería situada en la planta baja del edificio ubicado en el número 18 de la calle Manuel Allende, la cual daba paso a un espacioso hall y al local en el que se programaban indistintamente espectáculos escénicos, líricos, musicales y proyecciones cinematográficas, además de servir de espacio de relación social y de presentación pública de la pujante clase financiera, mercantil e industrial de la Villa.

El salón-cinema Teatro Ayala fue construido en hormigón armado y contaba con un aforo de aproximadamente mil localidades, además de disponer, tanto en sus dotaciones constructivas como técnicas, con modernas medidas de seguridad. En 1955 el Teatro Ayala incorporó el sistema Cinemascope de proyección y el sonido estereofónico con lo que lograba un efecto espectacular inédito y la sensación de inmersión en la experiencia cinematográfica por parte del espectador, inaugurando así lo que se llegó a denominar una "nueva era cinematográfica" en competencia con la creciente presencia de la televisión en el espacio doméstico.

En 1983 se produjo un incendio que motivó su remodelación, una década después, según proyecto de Ramón Losada, lo que permitió la continuación del programa de actividades escénicas y proyecciones cinematográficas, hasta 2002. Finalmente, la empresa propietaria, Teatro Ayala S.A., comunicó en 2009 la transformación del local en un complejo deportivo, a tenor del cambio de hábitos que los propietarios advierten en el público bilbaíno.

Eneko Lorente