El teatro Campos Elíseos es un equipamiento cultural y de espectáculos construido a principios del siglo XX en la calle Bertendona 3 (distrito de Abando), y objeto de una profunda renovación en 2010. Bailes, romerías, novilladas, carnavales... se celebraban al aire libre en el paraje conocido como “Campos Elíseos”, en clara alusión a París, hasta que en 1902 se construyó el edificio proyectado por Alfredo Acebal y Jean Baptiste Darroguy. Por su singular fachada, de estilo modernista, se conocía a la sala como “la bombonera de Bertendona”, calle en la que está ubicado.

El teatro ha sufrido sucesivas transformaciones adaptándose a las necesidades de cada época, de acuerdo a la siguiente cronología:

1901. Proyecto de A. Acebal y J. B. Darroguy.

1901. Modificación del proyecto inicial (A. Acebal).

1902. Construcción del teatro.

1920. Construcción de escalera (Félix Agüero).

1943. Demolición de escalera imperial, construcción de la nueva escalera y reforma de los accesos a la sala (Manuel Cabanyes).

1948. Reforma y ampliación del edificio comercial sito en la calle Bertendona (Javier Barroso).

1980. Obras de conservación y restauración (Rufino Basáñez).

1992-1994. Proyecto de restauración y rehabilitación (Jesús Aldama).

2010. Obras de restauración, rehabilitación funcional y ampliación del teatro: Blanca Brea, Elías Mas (Gabinete Municipal de Arquitectura), Santiago Fajardo (SGAE), Maider Alzola (Fundación Labein).

El objeto de este último proyecto ha sido la restauración, rehabilitación funcional y ampliación para tratar de dar solución al progresivo deterioro que venía sufriendo tras permanecer cerrado durante un largo período de tiempo.

Las dependencias del teatro se disponen en torno a la sala principal, en varios niveles. La capacidad total, incluyendo platea, palcos, anfiteatro y paraíso es de 742 localidades. Los espacios que flanquean la sala tienen como función comunicarla con el exterior y conectar entre sí los diversos niveles interiores; además, servir de ubicación a los servicios de apoyo para el correcto funcionamiento del conjunto.


Francisco J. García de la Torre y Bernardo I. García de la Torre