Inicialmente, el Teatro Gayarre estuvo situado en la parte trasera del Instituto Vizcaíno, en el punto de encuentro del Casco Viejo bilbaíno y el arranque de la calle Iturribide. El edificio teatral, una construcción de estilo sobrio según el proyecto de Julio Saracíbar, fue inaugurado en noviembre de 1885 y contaba con un aforo de 700 localidades. Su denominación rendía homenaje al tenor navarro Julián Gayarre, cuya actuación en la Villa, pocos años antes, había causado una honda impresión. 

El local disfrutó de un periodo de gran audiencia en los años que mediaron entre el derribo del teatro del Arenal, en 1885, y la construcción del teatro Arriaga, finalizada en 1890. Posteriormente, el edificio teatral fue derribado y reconstruido en 1915, según proyecto de  Mario Camiña, por el que se modificaba la disposición inicial de la sala y se ampliaba en un centenar el número de localidades disponibles. El nuevo edificio recibió el nombre de Salón Gayarre y desde su inauguración combinó en su programación los espectáculos de variedades y las proyecciones cinematográficas mudas, acompañadas al piano por el maestro Timoteo de Urrengoechea. En 1931 se reforma el sistema de proyección para instalar un equipo sonoro. 

Tras la Guerra Civil y hasta los primeros años 70, el Salón Gayarre programaba proyecciones para los diferentes públicos de la Villa, incluidas sesiones continuas, matinales, infantiles y nocturnas. Sin embargo, con la ampliación de la oferta cinematográfica en la ciudad, durante la transición inicia un largo declive y un relativo abandono de la sala que lleva al cierre en 1981. En diciembre de 1978, la Asociación de Cine Vasco celebró en el Salón los Bilboko Zinema Topaketak y tras varias iniciativas para el relanzamiento de las actividades teatrales, entre ellas las de la Cooperativa Teatral Hordago y Karraka, junto con un proyecto frustrado de transformación en equipamiento cultural municipal, el edificio del Salón Gayarre fue adquirido por el Ayuntamiento de Bilbao

Finalmente, tras diversos proyectos y usos del edificio, fue definitivamente derribado en 1997 transformando el solar en una plaza pública.

 

Eneko Lorente