Francisco de Abrisketa e Irakulis nació en Bilbao el 10 de octubre de 1913.

Con 17 años se afilió al Partido Nacionalista Vasco. Perteneció al grupo medigoizale “Abertzaliak” de Juventud Vasca de Bilbao. Estudió en la Universidad de Deusto Derecho y Economía y, posteriormente, pasó a trabajar en el Banco de Vizcaya, habiendo conseguido el puesto número uno en la oposición a la que se presentó.

Al comenzar la Guerra Civil formó parte de la “Junta de Defensa de Vizcaya” y, tras la constitución del Gobierno Vasco, trabajó en su Secretaría de Industrias Movilizadas.

Tras la guerra marcho al exilio a Colombia, instalándose en Bogotá en noviembre de 1937, donde compaginó su actividad profesional con su condición de miembro de la Delegación del Gobierno Vasco y agente de sus Servicios de inteligencia que trabajaron en favor de los Aliados durante la II Guerra Mundial, junto con Luis Gómez de Lekube, el “Cojo Gómez”. Llegó a participar junto a José Antonio de Aguirre en las negociaciones en este sentido que se mantuvieron con el Gobierno de los EE.UU. Entre 1946 y 1957 residió en Washington, trabajando en el Instituto Iberoamericano de Estadística de la OEA. La relación y amistad que mantuvo en Estados Unidos con los máximos responsables de la Delegación del Gobierno Vasco en este país, Antón de Irala y Jesús de Galíndez supondría que este último le nombrara, junto a Peter Aguirre, su albacea testamentario. Como tal defendió la figura de Galíndez, tras su desaparición, de los ataques a su memoria provenientes de la dictadura de Trujillo, responsable de su secuestro y asesinato. Después se trasladó a México, regresando posteriormente a Bogotá.

En Colombia, además de como Delegado del Gobierno Vasco en este país, Francisco de Abrisketa desarrolló una gran actividad como profesor de estadística y economía en la Universidad Nacional y en la Universidad Javierana, asesor del Banco de la República, secretario general del Instituto Iberoamericano de Estadística y Jefe de la División de Estadística de la Unión Panamericana. También creó una Biblioteca Vasca cuyos fondos acabaría donando, tras su regreso a Bilbao, a las principales bibliotecas del País Vasco. Junto a esto realizó también una gran actividad como editor de obras de temática vasca y traducciones al euskera de obras de los principales escritores colombianos. Falleció en Bilbao el 22 de junio de 1993.


Luis de Guezala