Nacida en Berango (Bizkaia) en 1935, Dolores Aguirre Ybarra, propietaria del hierro con divisa azul y amarilla que lleva su nombre, adquirió en 1977 la vacada de María Teresa Osborne, de la que había sido propietaria anteriormente Pilar Fernández Cobaleda, hija de Don Atanasio Fernández. Por tanto, la procedencia de la ganadería es lo que en el mundo taurino se conoce como “Atanasio puro”.
En 1979 Dolores compró dos sementales al Conde de la Corte a los que bautizó con los nombres de” Alí”y “Tamarís”, éste último en honor al dueño de un restaurante de Getxo que fue un defensor incondicional de la ganadera bilbaína y los valores por los que se regía a la hora de criar el toro bravo.
Lidió su primera corrida el domingo de Resurrección de 1980 en la Feria de Málaga y posteriormente a lo largo de la década de los 80 compareció en plazas de primera como Valencia, Pamplona y Bilbao, donde debutó el 18 de agosto de 1987 con una terna de lujo en el cartel: José María Manzanares, “El Niño de la Capea” y José Miguel Arroyo “Joselito”. Se pueden destacar como toros dignos de mención en esta época: “Clavelillo” lidiado en Zaragoza el 8 de mayo de 1985, “Guindoso”, que propició el gran triunfo de José Luis Palomar en Colmenar Viejo (Madrid) el 28 de agosto de 1988, “Burgalés” y “Cubanoso” en la feria de Castellón de 1989; “Clavelillo” y “Cardeloso”, lidiados en Madrid el 8 de julio de 1990.
Los principios por los que se rigió esta ganadera, mujer de gran personalidad, fueron la integridad, el trapío y la fiereza, características que tenían como fin último el conseguir un toro capaz de transmitir emoción durante su lidia.
El tipo de toro criado en la Dehesa de Frías es del gusto de aficiones como la de Madrid, Pamplona y Vic Fezensac, plazas estrechamente vinculadas a Dolores Aguirre, una mujer apasionada que atesoraba virtudes como la sinceridad, honestidad, generosidad y hospitalidad, pues varios fueron los toreros a los que, antes de ser figuras o soñar con ello, se les abrieron las puertas de la ganadería para que tuvieran la oportunidad de entrenar en sus tentaderos.
Pero si algo definía de verdad a la ganadera, era la integridad que defendió a ultranza desde la independencia durante toda su vida, base fundamental de la autenticidad de un espectáculo en el que todo gira en torno al toro. Por eso huía de intereses empresariales y de amistades por conveniencia porque su visión, la mayoría de las veces, no coincidía con quienes mandaban en el mundo del toro.
En 1999 consiguió el trofeo del Club Cocherito al toro más bravo de las Corridas Generales de Bilbao, con el toro “Mascarito” (trofeo ya obtenido en 1981) y el 8 de junio del 2000, un ejemplar bravísimo de nombre “Carafeo II” proporcionó el mayor de los triunfos a “El Califa” en la Feria de San Isidro. Fue ese un año de grandes satisfacciones pues se hizo acreedora del prestigioso premio que la Junta Administrativa de la plaza de toros de Vista Alegre otorga a la corrida más completa de las lidiadas durante las Corridas Generales.
La ganadería sufrió un altibajo durante los primeros años de la década del nuevo siglo pero siguió acudiendo fiel a sus citas incondicionales con Madrid, Pamplona y varias plazas francesas como Vic, Dax y Bayona, donde se han presenciado espectáculos épicos con sus toros.
Dolores Aguirre Ybarra falleció el 12 de abril de 2013, en Constantina (Sevilla) víctima de una enfermedad degenerativa. El relevo en la dirección de la ganadería lo tomó su hija Isabel Lipperheide, que no pudo comenzar su andadura con mejor pie, ya que la corrida presentada en la Feria de San Fermín de 2013 se hizo con el premio a la corrida más completa.
Debido al reconocimiento del que gozaba, era solicitada desde varios ámbitos de prestigio para formar parte del jurado de importantes premios como el de la revista Clarín Taurino, Premio Fernando Teixeira, Premio Montenegro…
Recientemente se ha publicado una biografía dedicada a esta ilustre personalidad bilbaína, una obra de Eneko Andueza que bajo el título Dolores Aguirre “Palabra de ganadera” recoge la trayectoria profesional y humana de una gran mujer que antes que ganadera se declaraba por encima de todo, aficionada.
Covadonga Saiz