Barrio de Arangoiti

Arangoiti auzoa

Arangoiti neighborhood

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Arangoiti es el barrio situado arriba de la iglesia de Deusto, levantado durante la década de 1950 entre la sierra de Artxanda y la orilla del Nervión sobre una colina situada a una altura mediana entre ambas. Unas cinco mil personas viven en el barrio. Hay que señalar que antes de la construcción de los actuales bloques de vivienda el lugar recibía el nombre de Goiri. Contaba con unos ocho caserios, de los cuales a día de hoy uno sigue en pie, si bien adaptado a vivienda al uso. Cabe señalar que en este mismo barrio estuvo el convento de los capuchinos de Deusto.

Hasta entrado el siglo XX para Deusto Arangoiti venía a significar un manantial de aguas muy apreciadas por su gran calidad. Manantial que emanaba a media altura del monte, justo a los pies del barrio de Berriz, y que convertido en arroyo iba trasncurriendo junto a la iglesia de San Pedro hasta llegar al Ibaizabal o Nervión a la altura del parque de Botica Vieja. En el siglo XIX se construyó un lavadero un poco más abajo del templo citado, pegado al frontón, a fin de que el vecindario hiciera allí la colada. En el XX el arroyo fue soterrado.

Además de al arroyo y a la fuente, tambiñen venía llamándose Arangoiti a la parte de monte que se extendia entre el origen de aquel y la iglesia. La propiedad de dicha parte devino en conflicto de proporciones importantes entre el señor de la casa-torre de Doneperiaga y la Iglesia de San Pedro a lo largo del XVIII. En 1731 había llegadao a la Sala de Vyzcaya de la Real Cancilleria de Vallodolid. A decir verdad allá por el año 1612 el monte Arangoiti venía ya citado como parte de las propiedades de la casa-torre de Doneperiaga, junto a la casa del mismo nombre, si bien a partir de esa cita se pierde cualquier otro rastro de la casa.

En caulquier caso Arangoiti venía a ser el lugar del que surgia el manantial, que anteriormente había sido conocido como Goiri Zarra, de manera que a la casería más cercano vinieron en dar el nombre de aquel allá por el siglo XVIII. Como ya se ha indicado, el barrio de Goiri tendría unas ocho caserías, todas ellas levantadas sobre esa breve atalaya situada casi al pie de la sierra de Artxanda. Dichas caserías figuraban entre las más antiguas de Deusto, y gran parte vienen citadas en la documentación del siglo XVI. Tan solo una ha sobrevivido, a saber, el que fuera Venta de Chacolí de Agirre. Fue adquirido por el Municipio de Bilbao y respondiendo a las ya repetidas, por venir de antiguo, peticiones de las asociaciones de vecinos, en 2008 ha sido transformada en centro social.

Tal y como ya hemos apuntado, también convento de los capuchinos de Deusto estuvo ubicado en el barrio de Goiri. Llegaron allí allá por 1744, pero no fue hasta 1753 cuando, después de superar favorablemente diversos pleitos, pudieron hacerse con la casería y sus dominios e iniciar así la construcción del convento. Con mucha suerte, a decir verdad, ya que en la primera karlistada quedó reducido a la nada. En el mismo lugar  mandó levantar Migel Uribarri, a finales del mismo siglo XIX, el elegante palacio de Miramar.

Dicho palacio, al igual que las caserías del entorno, despareció durante la segunda mitad del siglo XX como consecuencia del proceso urbanístico. Los primeros bloques de viviendas fueron construidos en la decada de 1950, en los alrededores del caserío Arangoiti, es decir, en la parte baja del barrio de Goiri. Eran años de  gran afluencia de inmigrantes, lo que generaba una necesidad grave y continua de viviendas, especialmente entre la clase obrera, que había que atender de manera inmediata. En un abrir y cerrar de ojos aquella humilde colina que albergaba una puñado de caserios se vio convertido en un barrio obrero, con viviendas para cinco mil seres humanos. La rapidez en la ejucición impidió, entre otros factores, que lo construido llegara a cumplir los niveles de calidad exigibles. 

Se fue el barrio de Goiri y nació el de Arangoiti, un nuevo hogar para gentes llegadas desde diversos lugares. A día de hoy Arangoiti sigue manteniendo esa seña de identidad en cuanto a la diversidad de origen de las gentes que lo habitan, pues junto a aquellos de la primera emigración desde diversos puntos de la península se han unido los procedentes de otros continentes, sin olvidar a los propios estudiantes vascos. La orografía ha potenciado, es verdad, el aislamiento del barrio. Las comunicaciones, incluido el ascensor, carecen de la calidad suficiente. Con todo, las dínamicas solaciales han sabido superar o anular la tendencia a la guetización que todo lo dicho anteriormente parecía imponer. Así, ya en 1967 se constituyó la Asociación de Vecinos de Arangoiti. En Bilboa, pionera entra las pioneras. A partir de aquel momento los propios vecinos tomaron las riendas y se pusieron a la tarea de mejorar un barrio construido en malas condiciones, al tiempo que denunciaban responsabilidades (constructores, instituciones). A día de hoy la asaciación asume, entre otras tareas, la organización de las fiestas del barrio (Txapel jaia, o Fiesta de la Chapela, en junio), la Euskal Jaia, o Fiesta Vasca (en mayo) y los Inauteriak, o Carnavales. En lo correspondiente a servicios públicos Arangoiti, además de su propio Centro de Barrio, cuanta con escuela y centro de salud.


Hektor Ortega

Bibliografía

    MAS, E.: “El txakoli de Agirre”. Revista Bilbao, 287. zkia, 2013ko abendua, 8. orrialdea; ORTEGA LAHERA, H: “Kaputxinoen komentuaren jaiotza gatazkatsua”. Prest! aldizkaria, 46 zkia, 2005eko martxoa, 12-13; URRUTIA, F.J. y PEREZ, J.A.: “El barrio de Arangoiti y la asociación de vecinos en la transición democrática”. in ALONSO OLEA, E.J. (koor): Bilbao y sus barrios: una mirada desde la historia. 4. bolumena. Bilbao, 2009. 207-239.