Casimiro Ariz fue abogado, político y uno de los pudientes de la villa de Bilbao del siglo XIX. Nació el 6 de marzo de 1799 en la anteiglesia de Lumo, siendo hijo de Manuel María ArizMeceta, natural de Balmaseda, y de  María Juana Allendesalazar Zubialadea, natural de Lumo. La casa Ariz era originaria de la anteiglesia de Basauri, pero Casimiro Ariz terminó instalándose en la villa de Bilbao, ciudad en la que falleció, soltero y sin descendientes directos, el 22 de octubre de 1876.

 Ariz estudió Leyes en la Universidad de Valladolid, consiguiendo el título de Abogado en 1829. Bilbao fue la ciudad elegida para abrir su despacho y ejercer la abogacía, siendo uno de los promotores de la fundación del Colegio de Abogados en la villa en 1838. Paralela a su vida profesional transcurrió su actividad política en el ámbito local y provincial. Así, llegó a ser vocal de la Diputación Provincial en 1839 y 1843, Regidor del Ayuntamiento constitucional de Bilbao en julio de 1843, y, como cargo más destacado, fue segundo Consultor en 1841 y 1843, y en los bienios de 1854-1856 y 1856-1858 y primer consultor entre 1844 y 1846.

 Ideológicamente, Ariz se encuadra dentro del grupo fuerista moderado, participando en la defensa de Bilbao durante los sitios carlistas, fue uno de los fundadores de la Sociedad Bilbaína, creada en 1839, y tomó parte en el alzamiento antiesparterista de Bilbao en octubre de 1841.

 En el año 1839 acudió a sus primeras Juntas Generales en la villa de Gernika, siendo nombrado Consultor segundo del Señorío en las siguientes sesiones de Juntas, las celebradas del 22 de marzo al 4 de abril de 1841. Un cargo que recuperó en 1844 al restablecerse las Instituciones Forales por Real Decreto de 1844, siendo además nombrado Consultor primero.Ariz destacó por su papel como asesor foral y su postura de intransigencia foral en relación subrayar el deseo general de la conservación íntegra de los Fueros.En 1852 repitió como apoderado por Zalla y participó de nuevo en la Comisión de examen de poderes, además de en la de Fueros. También estuvo presente en las Juntas Generales de 1856 y 1858, sesiones en las que fue nombrado Consultor primero vitalicio.

 

Ana Prado