Durante muchos años, se puede decir que desde la fundación de la Villa, la atención a la salud dental del vecindario había estado en manos de los barberos y de los cirujanos romancistas (una categoría profesional similar a la de los practicantes del pasado siglo o los enfermeros de la actualidad).

Junto a ellos una pléyade de charlatanes ambulantes que recorrían los pueblos y ciudades extrayendo muelas y anunciando sus elixires mágicos. Muchos de ellos eran extranjeros o, al menos, así lo anunciaban; solían rodearse de gran pompa y recorrían los pueblos en ostentosos carruajes. Según avanzaba el siglo XIX los anuncios de trompeta y los “ganchos” que divulgaban la llegada de estos sanadores, fueron remplazados por anuncios en la prensa como el que rezaba así:

Mr. Cantero, cirujano dentista de la casa Molés y Cantero de Bayona hace saber que ha llegado a esta capital, hospedándose en la fonda de Inglaterra, consulta todos los días de 9 a 11 y de 1 a 4 de la tarde.

Aunque no por ello prescindían de los métodos de propaganda antigua, tal como hizo Manuel Carenas y Conchan de quien decía un periódico en 1857 que salía el domingo por la mañana a caballo y tambor batiente para recorrer la Ribera y llegar hasta la esquina de Correo, donde empuñando él mismo la corneta y al toque de llamada era rodeado por la gente que le esperaba en aquel sitio. Al año siguiente, Mr. Stehellin, inglés, anunciaba que se distinguía por colocar dientes ingleses inmejorables. Junto a ellos, el sueco Kotch, el italiano Maseti y el francés Parchet entre otros, pero el más célebre de aquellos sacamuelas era el conocido como Secua que se hacía pasar por inglés y trabajaba en un coche de caballos, al tiempo que una charanga musical acallaba con su ruido los quejidos de los pobres pacientes.

Causa pavor el método empleado por aquellos energúmenos para extraer las muelas, pues utilizaban una simple barra metálica dotada de una mordaza y un mango del que debían tirar directamente con gran fuerza. El riesgo de extraer más de una pieza y dislocar o romper la mandíbula resulta evidente.

Los primeros odontólogos

Durante el siglo XVIII la odontología europea avanza en la corte francesa y en las élites científicas europeas, pero su despegue como ciencia y practica accesible a amplias capas de la población, tiene lugar a partir de mediados del siglo XIX; cuando se descubre el sillón dental, dotado de primitivos tornos movidos a pedal, tiene lugar el descubrimiento de la anestesia, de la que los dentistas fueron pioneros, y se funda en Estados Unidos la primera escuela dental, a la que seguirán otras muchas.

 Dentistas, odontólogos y estomatólogos

 Las distintas normas que han regulado la titulación de los dentistas en España han contribuido a crear una confusión de nombres que todavía continúa.

 Desde comienzos  del siglo pasado los odontólogos iniciaban sus estudios de asignaturas preclínicas en común con los de Medicina y pasaban luego a realizar los cursos clínicos específicos de la Odontología; se les otorgaba el título de Odontólogo.

A partir de 1944, la situación varió y la Estomatología fue considerada como una especialidad médica más; los nuevos dentistas debían finalizar primero los estudios de licenciatura en Medicina y realizar después dos cursos anuales en las escuelas de Estomatología autorizadas; primero las de Madrid y Barcelona y, bastantes años después, otras siete más, entre ellas la de Bilbao; eran Médicos especialistas en Estomatología. 

En 1987, por imposición de las normas de regulación de títulos de la Unión Europea, vuelven a separarse los estudios y la Odontología pasa a ser una licenciatura completamente diferente de la de Medicina. Situación que sigue en la actualidad.

 Esta norma europea no obligaba a la desaparición de las antiguas escuelas de Estomatología, sin embargo, las autoridades académicas decidieron suprimirlas.

Así que, para entendernos, llamaremos dentistas a todos los profesionales dedicados a cuidar la dentadura, reponer artificialmente sus faltas y curar sus enfermedades. Odontólogo al licenciado en Odontología, y Estomatólogo al médico especialista en Estomatología.

Juan Gondra Rezola