La escultura homenaje a los marineros del Consulado del Mar se encuentra en la plaza de la Salve.

El monumento a los marineros del Consulado del Mar nació de un acuerdo del Ayuntamiento para homenajear a todos los hombres del mar que habían formado parte de la historia de la villa de Bilbao y de su Consulado y, además, perpetuar el nombre de la Salve a modo de recordatorio de la antigua costumbre de entonar los marineros una Salve al entrar las embarcaciones en Bilbao y ver desde sus barcos la Basílica de Nuestra Señora de Begoña. En el punto exacto desde el que se ven desde la ría las torres de la antedicha Basílica, en la asimismo llamada plaza de la Salve, se levantó el monumento al Consulado marítimo de Bilbao en el año 1973.

La escultura, obra del escultor bilbaíno Agustín de la Herrán (1932), representa una ola que envuelve un barco en el que unos marineros entonan una Salve de esperanza y agradecimiento a la Virgen por su protección. Herrán utilizó aluminio coloreado con resinas de poliéster para crear la escultura y mármol rojo de Ereño para labrar el pedestal sobre el que se alza. El escultor, que aprecia los monumentos como su actividad creativa más preciada, consigue plasmar en esta obra toda la emotividad de esta tradición marinera, así como revivir la historia del Bilbao marítimo y comercial.

Ana Prado