En suelo de la zona de Santutxu, en la periferia de Bilbao, pero a la vez próximo al centro, con buena orientación y como expansión al núcleo urbano de Begoña con un total de 257.216 metros cuadrados. Una parcela con forma triangular limitada por la carretera de Santutxu y la calle Kalamua y Sagarminaga, inclinada hacia el sur y favorable al aprovechamiento de la luz natural. Fue en 1949 cuando presentaron una propuesta conjunta los arquitectos municipales Ricardo Bastida, Emiliano Amann Puente y German Aguirre para 528 viviendas y 96 locales comerciales en sus bajos, con  un criterio de ocho edificaciones exentas resueltas en una manzana triangular. Fue una composición de bloques paralelos, escalonados, con una leve pendiente y orientado al soleamiento, con calles intermedias (Parroco Unceta) para vehículos y zonas verdes. Propusieron hasta nueve distribuciones de vivienda diferente en las que sobresalían dos, la de tres dormitorios y la de dos dormitorios. El coste en propiedad estaba entre las 32.000 y 40.117 pesetas o las rentas de 133 a 167 pesetas al mes. Los tres arquitectos sostuvieron que se trataba de vivienda mínima para definirla. La unidad que mejor se adaptaba a sus criterios era la de dos dormitorios, cocina y comedor, separados y un aseo con lavabo, ducha y retrete. Con un espacio de instalaciones muy reducido y una cocina con solana para tender la ropa. La superficie total de la vivienda estaría en los 35 metros cuadrados útiles con una racionalización máxima. No supuso sino seguir las directrices que marcó Viviendas Municipales que sostuvo que era la única solución para los medios con los que contaban reduciendo los costos pero manteniendo unos mínimos para las familias más modestas y con sus servicios completos evitando el grave problema del subarriendo. La estética seguía y repetía unos cánones con balcones pero austero ya que lo importante no era tanto la estética como si un interior eficaz y racional. La realización de las obras se llevó a cabo entre los años 1952 y 1956.

Luis Bilbao