Situado en el número 11 de la calle Bailén, haciendo esquina con La Naja, el Pabellón Vega era una sala de espectáculos, pionera en la Villa en la programación de proyecciones cinematográficas. Inaugurada el 5 de marzo de 1910, tratando de adelantarse a la apertura de otra sala de idénticas características en la vecina calle San Francisco, el Salón Vizcaya, el Pabellón formó parte de una amplia oferta de espectáculos en las inmediaciones de Bilbao La Vieja.

La ubicación de esta sala de espectáculos populares en el arrabal bilbaíno respondía a un fenómeno generalizado de coexistencia de los espectáculos en vivo con el cinematógrafo, en el contexto del gran crecimiento demográfico experimentado por las ciudades industriales en el umbral del siglo XX. El cine, como dispositivo urbano que buscaba un espectador colectivo, compartía el público de los espectáculos menores como el vodevil, el cabaret o los espectáculos de variedades.

El Pabellón era propiedad de Julián Vega, concejal republicano progresista del Ayuntamiento de Bilbao. El edil era conocido por sus proyectos de transformación de la villa,  desde el cambio de los nombres de algunas de las calles emblemáticas del Casco Viejo, hasta la implantación de una red de salas de espectáculos, entre ellas el Cinematógrafo Bilbao, ubicado en la calle Esperanza.

El edificio de una única planta y estructura de madera albergaba espectáculos de variedades alternados con breves proyecciones que se utilizaban para dar tiempo al cambio de vestuario de las artistas que componían el cartel. La publicidad anunciaba el Pabellón como "el más cómodo, ventilado y económico de Bilbao […], con grandes Secciones Cinematográficas y de Varietés", entre las que destacaban las actuaciones de Raquel y Tina Meller, las Hermanas Borrull o los "equilibristas serio-cómicos [sic]" Sanfleur y Malet

El Pabellón Vega, tras decaer la programación de este tipo de espectáculos, cambió de propiedad y usos, pasando a ser fábrica de dulces, salón de exposiciones de vehículos y almacén, hasta que fue derribado en 1974 para la construcción de viviendas.


Eneko Lorente