Nada más anexionarse Deusto, Begoña y Lutxana de Erandio, se formuló la base para la convocatoria de un concurso público de anteproyectos. Se estaban acelerando al máximo los trámites para disponer de un plan, había que aprovechar el apoyo de la dictadura para definir la situación. Pero a pesar de las prisas las bases del concurso no se hicieron públicas hasta 1926.

 Para llevar a cabo el plan de extensión sobre las zonas anexionadas se decidió convocar un concurso de anteproyectos para recoger las mejores ideas que aprovecharan para diseñar el proyecto definitivo. Bastida, Chalbaud, Smith o Migoya, Antonio Barandiaran, Fidel Menjón, Marcelino Odriozola, y José Baquero. Sería esta comisión presidida por Moyua.

 En las condiciones esenciales del concurso se recogían parte de los resultados de los debates urbanísticos habidos hasta ese momento. El ayuntamiento pedía planos escuetos y breves con una descripción del proyecto, su división por zonas y un bosquejo de las ordenanzas. En él se especificaba que se iba a valorar especialmente la viabilidad del plan y que los estudios de costes eran esenciales. Las propuestas que fueran de difícil realización serían desechadas. Tanto en las bases como en los principios que conformaban todo el concurso se apreciaba el resultado de los diez años anteriores: sencillez, funcionalidad, trazado claro de una trama viaria, diferencias de edificabilidad según orografía. Cada zona anexionada tenía que tener una urbanización apropiada a sus características y tenía que conectarse de forma fluida con la ciudad ya consolidada. El primer premio fue para Joseph Stüben el gran urbanista alemán. Estanislao Segurola y Félix Agüero quedaron segundos.

 Las oficinas municipales de Ensanche y Topografía fueron las encargadas de traducir las ideas vertidas en el concurso en un nuevo proyecto. Resultado el territorio se estructuraba mediante cuatro grandes arterias. La que entraba a Bilbao desde Begoña, por el barranco del Cristo, otro era el que unía el Ensanche con Deusto, salía de la confluencia de Mazarredo con Elcano atravesaba la Vega de San Mames pasaba a Deusto mediante un puente y llegaba hasta Elorrieta. El tercer vial era uno pensado para el tráfico de mercancías, desde la Universidad hasta las áreas industriales de la ría, desde Botica Vieja a Elorrieta. El cuarto era la Arteria de Deusto a Olabeaga que comunicaría Ensanche con la zona del Abra. A estas vías principales se unían unas secundarias, de La Salve a Uribarri, otra del Puente de San Anton a Zabalbide y desde las Cortes hasta la carretera de Bolueta a Galdacano.

 El nuevo plan de Extensión de Bilbao no montaba su configuración a través de grandes avenidas sino que lo hacía mediante vías interurbanas. Las ideas del Plan de Ricardo Bastida de 1923 tienen su reflejo en este plan, las anteiglesias anexionadas por Bilbao quedaban subordinadas a las necesidades de la villa. Pero con el proyecto previsto por la Junta de Obras del Puerto de Bilbao de un canal por la Vega de Deusto para facilitar el tráfico por la ría paralizó el plan de extensión ya que quedaba condicionado por la propuesta de la Junta. Al final se encajaron los nuevos cambios en el plan de extensión. La península que quedaba entre las dos orillas se destinaba a usos industriales y en la nueva ribera se disponían zonas comerciales y fabriles. La vía de transito rápido se rectificaba para salvar el canal. En cambio el mayor cambio provino de quitar uso residencial con el que dotar al puerto de un nuevo sector de servicios.

 La aprobación de este plan de extensión supuso superar los planteamientos de los ensanches para ir hacia un concepto comarcal, era el engranaje con el plan del Gran Bilbao. Este plan no se encargó solo de regular la urbanización sino que fue realizado como un gran conglomerado de vías e infraestructuras para responder a las necesidades de movimiento. Bilbao de esta manera adquiría una mayor importancia, un mayor protagonismo urbano, con todo ese suelo y con este tipo de planes basado en los debates de años pasados.

 

Luis Bilbao