Nació el 20 de febrero de 1897 en Tolosa.

Estudió derecho en la Universidad de Valladolid entre 1914 y 1918, culminando su formación realizando estudios de doctorado en la Universidad de Madrid. Prestigioso jurista, llegó a ser nombrado vicepresidente de la Academia de Derecho y Ciencias Sociales.

Una vez concluidos sus estudios, Aldasoro se instaló en Bilbao, abriendo un despacho de abogados en 1920.

Compaginó su actividad profesional con la política. Fue uno de los dirigentes republicanos bilbaínos más importantes de los años veinte y treinta. Intervino desde 1920 en multitud de conferencias y mítines republicanos, presidió la Juventud Republicana y el Partido Republicano Autónomo de Vizcaya y fue miembro de la junta directiva del Casino Republicano.

En 1923 se presentó a las elecciones provinciales por el distrito de Bilbao-Ensanche y a las Cortes por la circunscripción de Vitoria, no siendo resultado elegido en ninguna de ellas.

Durante la Dictadura de Primo de Rivera su despacho de abogado se convirtió en lugar de clandestinas reuniones y conspiraciones republicanas.

Con la caída de Primo de Rivera, Aldasoro redobló su actividad política. Sin abandonar el Partido Republicano Autónomo participó en la fundación del Partido Republicano Radical Socialista en 1929, siendo uno de los firmantes de su manifiesto fundacional. Acusado de haber participado en el levantamiento republicano de diciembre de 1930 fue detenido en Bilbao y encarcelado en Madrid.

Salió de la cárcel en marzo de 1931 e intervino muy activamente en la campaña de las elecciones municipales que determinaron la caída de la Monarquía.

El 16 de abril de 1931, dos días después de proclamarse la República fue nombrado Gobernador Civil de Gipuzkoa por el Gobierno Provisional, desde donde tuvo que intervenir frente a importantes conflictos sociales del momento.

Aldasoro renunció al cargo de Gobernador Civil el 10 de julio de 1931, al ser elegido diputado a Cortes Constituyentes por Bilbao en la candidatura republicano socialista. Se integró en el grupo parlamentario radical socialista. Fue elegido secretario de las Cortes, fue miembro de la comisión de Estado y obtuvo el voto para ser vocal del Tribunal de Garantías. Sus discursos parlamentarios estuvieron relacionados con la defensa de la República, la tensa situación política en el País Vasco durante el primer bienio republicano y las cuestiones sociales.

Tras su cese como diputado en 1933 trató de alejarse de la política, aunque mantuvo su compromiso político defendiendo a cientos de obreros acusados de participar en los sucesos de octubre de 1934.

En 1934 se integró en Izquierda republicana, partido del que llegaría a ser presidente en Bizkaia en 1936. En los comicios de enero de 1936 participó activamente en la campaña del Frente Popular de Bizkaia.

Tras la sublevación del 18 de julio de 1936 participó de forma activa en la resistencia contra los sublevados. Fue miembro del Comisariado de Defensa de Bizkaia y de la Junta de Defensa de Vizcaya, en la que se encargó de la Dirección de Comercio y Abastecimiento. Cuando se constituyó el primer Gobierno Vasco, José Antonio Aguirre le nombró consejero de Abastos y Comercio en representación de Izquierda Republicana. Su gestión fue extraordinariamente eficaz, abriendo una línea comercial con Inglaterra y el establecimiento de delegaciones comerciales en centros portuarios españoles y franceses.

Tras la caída de Bilbao, Aldasoro siguió trabajando como consejero a las órdenes del Lehendakari Aguirre. Su fidelidad a este le costó la ruptura con destacados miembros de Izquierda Republicana, que le achacaban su entrega al PNV, lo que le costó su expulsión del partido en noviembre de 1937.

Aldasoro presentó inmediatamente su dimisión al Lehendakari, que sin embargo no la aceptó. A pesar de que Aldasoro representaba al republicanismo, su deriva ideológica le llevó hacia el nacionalismo vasco y a su plena identificación personal y política con el Lehendakari Aguirre.

En 1938 Aguirre le encargó establecer en Argentina una delegación del Gobierno Vasco. Llegó a Buenos Aires en noviembre de 1938, y en 1939 se creó el Comité Pro-inmigración Vasca” para facilitar la inmigración vasca a Argentina. Desde esa época hasta su muerte, Aldasoro participó en numerosas iniciativas impulsadas por el nacionalismo y el Gobierno Vasco en el exilio, convirtiéndose en uno de los más estrechos colaboradores de Aguirre.

Falleció en La Habana el 2 de febrero de 1952, durante un viaje de trabajo para la empresa bonaerense para la que trabajaba. Su muerte significó la desaparición del representante más destacado del republicanismo vasco entre 1920 y 1950.

Jon Penche González