El ayuntamiento de Bilbao a principios del siglo XX planteó convertirse en el mayor promotor de viviendas de la villa. Surgió la posibilidad de edificar un barrio en Solocoeche. Fue en el año 1918 cuando una vez había urbanizado Solocoeche, sobre un solar de 1.600 m2 (20.618 pies2) y se proyectó por el arquitecto Ricardo Bastida una nueva barriada que se convirtió en un ejemplo de pisos grandes para empleados de oficina, banca y maestros de Bilbao, además de cederse un año después suelo a la Junta Municipal de Casas Baratas. Habían pasado 3 décadas desde que en 1891 el concejal Jorge Castriella señalara la posibilidad de construir un barrio obrero con dinero público.

 El proyecto de Bastida planteaba la construcción de seis inmuebles con cinco pisos de altura con 91 alojamientos y un coste de 910.517 pesetas. La distribución de los pisos variaba los hubo de tres, cuatro o cinco piezas además de la cocina y el retrete pero con ausencia de bañera, ducha e incluso lavabo. Bastida eligió para los alzados un esquema de reparto que repetía los elementos compositivos en todas las alturas, diferenciándose únicamente en el bajo y el último piso. Contaba con connotaciones historicistas clásicas como almohadillado en bajo y portales imitando al mármol en los que empleaba modillones avolutados para enriquecer su acceso. Los miradores eran de fábrica y marcaban los ejes de simetría de la fachada repartiendo el espacio vertical. El último piso lo decoraba plenamente con entramado de pies derechos y crucetas. Bastida aprovechó la tipología de los bloques de vecindad para un mayor aprovechamiento del solar y un menor desembolso económico que las casa unifamiliares, e integró un patio central en el que dispuso un lavadero y varias duchas. De hecho los desarrolló entre una mixtura de manzana de alta densidad y patios abiertos, al primar la primera daba como resultado una planta compacta con patio central y llena de recovecos producida por las diferentes cotas en las que se tenía que construir.

 El costo total fue sufragado por un cuantioso conjunto de pequeños inversores la banca y grupos industriales locales. No consiguieron la calificación de Casas Baratas al no cumplirse las condiciones pero si contaron con el apoyo provincial en forma de subvención. Las rentas a satisfacer oscilaban entre las 15 pesetas para las más baratas a las 55 pesetas las más caras. Fue un éxito ya que recibieron hasta 1.200 solicitudes para los 91 alojamientos. Fue rápidamente habitado a pesar de su ubicación alejada del centro urbano de Bilbao. Su situación topográfica le llevó a realizar escalinatas para conectar con el casco viejo desde la calle Ronda.

Luis Bilbao