Edificio de viviendas en Gran Vía 56 que remata una manzana ya consolidada en el momento de su construcción en 1957, con fachada a la Gran Vía, a la Alameda Conde de Arteche y al Parque de Doña Casilda Iturrizar. En el desarrollo del proyecto intervinieron los arquitectos Eugenio María Aguinaga, Hilario Imaz y Germán Aguirre.

La composición está configurada por un gran volumen matizado en formas curvas, incorporando una serie de elementos arquitectónicos a modo de contrapunto. Paramentos de ladrillo rojo, terrazas y remates en color blanco van acomodándose en cada una de las tres fachadas, con pequeñas diferencias entre sí.

En la planta baja se comunican la Gran Vía y el Parque de Doña Casilda mediante una solución de “portal pasante”. La disposición interior consta de tres patios y cuatro escaleras: ocho viviendas por planta de unos 150 metros cuadrados las más amplias, con la posibilidad de unir dos viviendas de acuerdo a varias alternativas previstas por los arquitectos. También tuvieron en cuenta el mantenimiento del edificio, al permitir que todos los huecos de las fachadas sean alcanzables exteriormente desde las terrazas, facilitando así su limpieza.


f