La formación de diferentes cooperativas en el sector agrícola en la década de los 50 supuso un avance importante para la modernización del sector agrícola-ganadero. Entre estas cooperativas destaca la Cooperativa de Productores de leche de Vizcaya que había creado Beyena o la Unión Territorial de Cooperativas del Campo (UTECO). El desarrollo del sector hizo necesaria la creación de una entidad de ahorro que ayudase a la gestión del dinero generado por la actividad de estas cooperativas. Así las 28 cooperativas agrícola ganaderas de Bizkaia, lideradas por Beyena y UTECO, crearon la Caja Rural Provincial de Vizcaya, bajo la presidencia de Martín Fernández Palacio, el 2 de octubre de 1965.

El 1 de octubre de 1966 la Caja abrió su primera oficina en la Alameda de Urquijo, número 8, de Bilbao, con cinco empleados, a la que siguieron sucursales en diferentes localidades de la provincia.

En sus primeras actuaciones la Caja se encargó de la compra de piensos centralizada para todos los socios, con lo que abarató su costo, ayudaba a UTECO y generaba negocio para la nueva entidad de ahorro. En 1967 financió la creación por UTECO de una fábrica de piensos en Mungia. La Caja recibía los ahorros de sus socios y prestaba dinero a particulares y a las cooperativas.

En la política desarrollada de relación mutua entre las principales cooperativas y la Caja se decidió crear, en 1971, una Dirección general compartida para Beyena, UTECO y la Caja, que fue desempeñada por Martín Fernández Palacio.

En la década de los 70 los resultados de la Caja fueron muy positivos, con una situación muy saneada. Pero los prestamos concedidos a Beyena y UTECO comenzaron a ser un problema porque los resultados económicos de ambas cooperativas, peores de los previstos, no les permitían hacer frente a los créditos. De este modo el balance de la Caja Rural a finales de los 70 comenzó a peligrar por el riesgo de impago de los créditos concedidos a Beyena y UTECO. Esta difícil situación condujo al cese de Martín Fernández Palacio como Director General y como Presidente de la Caja Rural, en 1979, siendo sustituido en el primer cargo por Juan Ángel Beldarrain  ( Director Gerente) y en el segundo por Paul Elgezabal Gorostiza (miembro de la Junta Rectora).

A partir de la década de los 80 la Caja se abrió al mercado urbano, sin abandonar el rural, y se acometió un proceso de progresiva modernización tecnológica con la apertura de cajeros, desarrollo del uso de la informática, etc. En 1986 se absorbió la Caja Rural de Álava y la nueva entidad pasó a denominarse Caja Rural Vasca / Baserritarren Kutxa.


Mikel Urquijo