Es un término urbanístico que deriva de un movimiento sociológico aparecido en Inglaterra a mediados del siglo XIX como reacción a la falta de vivienda obrera y al deseo de establecer un nuevo concepto de ciudad con un sistema organizativo diferente. Se proponía un asentamiento urbano en un entorno natural, con autonomía respecto de la gran urbe, pero comunicado con ella. Ebenezer Howard, su principal ideólogo, planteaba un espacio público central en torno al cual se establecían las viviendas de baja densidad rodeadas, de forma circular, por los edificios de equipamientos: escuelas, comercios, edificios administrativos. Y todo ello con un alto porcentaje de zonas verdes. Se establecía un crecimiento limitado para tratar de impedir la especulación inmobiliaria.

En España, la promulgación en las primeras décadas del siglo XX de la Ley de Casas Baratas, que intentaba solucionar el acuciante problema de la vivienda popular mediante el ordenamiento para la construcción de barriadas económicas, trajo consigo la introducción, en algunos casos, del concepto de Ciudad Jardín.

En Bilbao, el barrio de Irala (1916), según proyecto de Federico de Ugalde, Enrique Epalza y Pedro Peláez, fue una innovadora propuesta que tomaba ya referencia de los modelos anglosajones de urbanizaciones periféricas, aunque con una mayor densidad y con un carácter más urbano, prescindiendo de las zonas verdes. En la siguiente década aparecieron urbanizaciones periféricas construidas en ladera, más acordes con los postulados de la Ciudad Jardín: Casas en Dolaretxe (1927), del arquitecto Enrique Epalza; Casas la Unión Begoñesa (1927), del arquitecto Ismael Gorostiza; Casas Baratas en Zurbaran (1926), del arquitecto Tomás Bilbao. En estos proyectos se recurría, por regla general, al Regionalismo Vasco o neovasco en su resolución formal.

Entre 1924 y 1934, en las faldas del monte Artxanda, el arquitecto Pedro Ispizua proyectó la Urbanización Ciudad Jardín, el ejemplo más característico de esta tendencia en la ciudad, formada por casas bifamiliares de estilo inglés destinadas, en este caso, al acomodo de empleados de clase media. Promovida por cooperativistas y compuesta por 112 viviendas así como un centro social con archivo, escuela y comercios.


Francisco J. García de la Torre y Bernardo I. García de la Torre