El origen de los partidos que, en la II República, ocuparon el espacio de la derecha republicana hay que buscarlo entre aquellos políticos monárquicos que, defraudados con el monarca por su aceptación de la dictadura de Primo de Rivera, pasaron a engrosar las filas del republicanismo.

Entre estas personalidades se encontraban Niceto Alcalá Zamora y Miguel Maura, los cuales fundaron a comienzos de julio de 1930 el partido Derecha Liberal Republicana. Sus principios eran el republicanismo liberal y parlamentario, reformismo evolucionista preocupado por la preservación del orden social, el laicismo respetuoso con la conciencia religiosa de los católicos y la autonomía regional dentro de la unidad de la nación española.

Tanto Alcalá Zamora como Maura se sumaron al Pacto de San Sebastián de 1930 y formaron parte tanto del comité revolucionario que salió nombrado, como del gobierno provisional en que ese comité derivó con el tiempo, siendo el propio Alcalá Zamora el designado para presidirlo.

El fracaso del partido en las elecciones constituyentes de 1931 provocó una crisis en el partido, que acabó por escindirse entre los seguidores del Alcalá Zamora, Partido Republicano Progresista, y los seguidores de Maura, Partido Republicano Conservador.

En Bilbao, las primeras noticias sobre la DLR provienen de mediados de marzo de 1931, cuando una comisión organizadora estuvo recogiendo adhesiones para la constitución del partido.  El 25 de marzo se celebró oficialmente la asamblea constitutiva del partido, que designó como candidato a las elecciones municipales del 12 de abril, dentro de las listas del Bloque Antidinástico, a José Ojembarrena Juárez, uno de los promotores del partido en la capital vizcaína, que consiguió su acta concejil.

Tras las elecciones a Cortes Constituyentes, en las que en Bilbao el partido se abstuvo, y la crisis dentro del partido, la DLR vizcaína entró en un punto muerto. Parece que o bien el partido se disolvió, o bien sus integrantes pasaron a formar parte de otras formaciones, cosa muy probable dada su debilidad dentro del panorama político bilbaíno. Tal es el caso del propio José Ojembarrena, que pasó a engrosar las filas de Acción Republicana.

 

Jon Penche González