Edificio destinado a la venta de la marca de lubrificantes para automóvil Climax, garaje, almacenes, oficinas y vivienda construido por el arquitecto Pedro de Ispizua para Ricardo Gutiérrez, en la calle Licenciado Poza.

El inmueble, desaparecido en la actualidad, contaba con planta sótano destinada a garaje y depósito para aceites y lubricantes. La planta baja estaba destinada a almacenes y fabricación del producto. En el primer piso se ubicaron las oficinas y en la última planta una vivienda de grandes dimensiones con zona de servicio, capilla, terraza con pérgola y frontón.

La fachada se articulaba en base a un cuerpo horizontal y una pequeña torre. La torre albergaba dos letreros, posiblemente luminosos, con la actividad comercial del edificio: “Lubrificantes Climax”. En la fachada se incluía la escultura de una mujer sosteniendo un envase de lubricante, que al igual que otros de los edificios de Ispizua esculpió Joaquín Lucarini. El inmueble se convertía en un reclamo publicitario, en una experiencia urbana nueva, que utilizó un lenguaje arquitectónico moderno en base a la articulación arbitraria de volúmenes.

 


Francisco Javier Muñoz Fernández